VAMOS

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

V A M O S

VAMOS

 

Vamos pues, tú y yo, 

cuando la tarde contra el cielo se tiende

como un anestesiado sobre una mesa;

vamos, a través de esas calles medio desiertas,

los murmurantes refugios de noches sin descanso

en baratos hoteles y restaurantes con aserrín y conchas...

 

T. S. Eliot en La Canción de amor de J. Alfred Prufrock (1917)

Caminemos, un paso y otro paso.

No dejemos que el tedio nos domine

mandamos al carajo a todo mundo

y enlodemos de amor

nuestras paredes.

 

Vamos, andando, vamos, abramos

esos hoteles aún no inaugurados

convirtamos en templos los burdeles

y gocemos en paz con tu sonrisa

de luna llena y tus piernas sobre

mis hombros; vamos, ¿qué esperas...?

Vamos. No pares que la muerte nos

llega y nos asalta por paredes sin tedio

con música muy suave, digna de ser

escuchada en otras vidas que no sean

las nuestras de opresión y miedo.

 

Vamos, vamos, no pares ¿qué te ocurre?

¿No puedes más? No me desanimes,

temo caer en esa maraña de desesperanza

en que se ha convertido tu descanso

y

mi tedio; ¡fascinerosos: vamos, vamos...

vamos...! 

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias estimado Críspulo; muy feliz miércoles familiar!

Cézanne.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias, querida Amalia; muy feliz miércoles!

[Amalia]

Precioso mensaje