VALENTÍA DE CALANDRIA
Autora: Iris Girón Riveros
Nací en una arboleda de amor y vida ansiada
la brisa azul del campo, fértil me acariciaba
el agua de la lluvia mi plumaje bañaba
fui cual fervor materno de ilusión anhelada.
Cuando mi madre amada se fue en vuelo eterno
el frío del silencio mutó mi bello canto,
la angustia, cual saeta de mortal desencanto
clavose en mi garganta cual espada de averno.
Mis alas atrapadas en cruz del cautiverio
volar tras de mi madre, no me lo permitían
mis pies saltar querían, pero espinas herían,
la congoja en silbido de un ¡ay! era un misterio.
Pasaba ese momento un dulce cardenal
que en sobrevuelo de ángel con fuerza propulsó,
los juncos con mi sangre teñidos, los lanzó,
sentí que ya era libre, con brío en pedernal.
Recorro muchos bosques en vuelos de bandadas,
desde que me fui lejos los años ya han pasado,
pero visito siempre el árbol que ha forjado,
mis trinos, mi esencia y mis bellas jornadas.
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Comentario
¡Maravillosos versos mi querida IRIS!
El ave, cualquiera que sea, conlleva un mensaje de vida. Vendrán duros inviernos, fuertes vientos y cae su nido cien veces y cien veces lo vuelve hacer. En esta oportunidad ligas tus bellos versos a un cardenal y con gran belleza analogas el quehacer del ave en toda su firmeza de ser!
Felicitaciones hermosa dama de gran quehacer literario!
Es una maravilla!!
Recorro muchos bosques en vuelos de bandadas,
desde que me fui lejos los años ya han pasado,
pero visito siempre el árbol que ha forjado,
mis trinos, mi esencia y mis bellas jornadas.
Pasaba ese momento un dulce cardenal
que en sobrevuelo de ángel con fuerza propulsó,
los juncos con mi sangre teñidos, los lanzó,
sentí que ya era libre, con brío en pedernal.
Creo que en la vida todos tenemos un ser mágico que nos empuja cuando estamos por caer.
Has escrito este poema con tal verosimilitud que siento a la calandria luchando por su libertad.
Ella nació por amor y sus trinos están emparentados con su esencia.
He disfrutado mucho con tu hermoso y tierno poema.
Felicitaciones querida amiga Iris.
Recorro muchos bosques en vuelos de bandadas,
desde que me fui lejos los años ya han pasado,
pero visito siempre el árbol que ha forjado,
mis trinos, mi esencia y mis bellas jornadas.
¡Qué bella alegoría, amiga mía!
Añoranza desbordante en los anhelos, de regresar siempre al árbol que dio cobija y vida, que multiplicó el amor, que cautivó los sentires y donde se trilló la esperanza aún en medio de la soledad y de la despedida.
Me ha encantado porque a pesar de los senderos recorridos, siempre nuestros recuerdos y nuestras alas nos llevan a esos lugares donde ensanchamos el alma con valentía.
Gracias amiga por este compartir que trae consigo esa riqueza espiritual que cultiva tus sentires y que eclosiona en poesía.
Felicitaciones.
Te quiero siempre.
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