UNA ROSA AZABACHE
Cien fuegos yo he encendido
para quemar las naves del recuerdo.
Son añoranzas que atormentan
mis pasos hilvanados con los hilos marchitos
de tus besos.
Acordeón de papel
guitarra sin pasión
cuerdas que no suspiran una canción de amor.
Las arenas del mal
se inclinan sudorosas sobre mis pies huidos
y un clarinete gris responde en su dolor
una inequívoca tempestad de adiós.
No te reclines sobre el banco de los ruegos
ni repitas la oración milagro.
Yo ya no estoy en juego.
Las hojas del otoño crujiendo en la vereda
ven transitar con pena el esqueleto azul de los asombros.
Sólo queda en mis ríos de paciencia
el aguijón agudo de la espera.
Yo fui una hoguera crepitando
en tus trenes excitados
y las comparsas afloraban
cuando tus manos cálidas buscaban en mi alma
la luz de un nuevo espacio.
Hoy la noche se ha quedado adherida
a mis pestañas
y el sol ya no germina mis ansias ardorosas.
Ya ves
el tiempo de vivir se fue al desierto
y canta en mi ventana una rosa azabache
contándote el final
de este diseño diluido en lágrimas.
Beatriz Ojeda
Derechos Reservados
Comentario
Muchas gracias amigo Donald por dejar tu huella en mi poema.
Es un placer para mi musa
Saludos y felicidades
...Las hojas del otoño crujiendo en la vereda
ven transitar con pena el esqueleto azul de los asombros.
Sólo queda en mis ríos de paciencia
el aguijón agudo de la espera...
Y la vida pasando con sus torrentes de anhelos crepitando añoranzas en una espera que llora sus nostalgias desesperadamente en medio de vacíos y desiertos.
¡Y esa rosa azabache simulando penas, angustias y tempestades!
Gracias amiga por compartir el alma en cada creación, por cincelar la vida en su peregrinar y por buscar siempre la luz de un nuevo espacio que abra las puertas a horizontes plenos.
Tu espiritualidad trasciende y nos conmueve.
Un abrazo cordial.
"...Ya ves
el tiempo de vivir se fue al desierto
y canta en mi ventana una rosa azabache
contándote el final
de este diseño diluido en lágrimas..."
Siempre un negro crespón
a dolor reflejaba en cualquier sentido,
mas, una rosa azabache
de presagios umbríos me conmueve mucho
porque a desafíos fuertes ella invoca,
acaso se ofrece derramar su llanto
sobre esta farola que alumbra mi pena,
entonces le digo:
Bienvenida rosa
quédate a mi lado.
FELICITACIONES Beatriz, por tus letras que conmueven.
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