El sol ya declinaba en el poniente,y se ocultaba con su amplia y larga cabellera rojo violeta.Fue entonces cuando fluyeron las sombras de aquella cálida noche,y llegó el lado negro de la vida.De la penumbra salieron los animales nocturnos,haciendo algunos ruidos ligeros y otros mas rudos.También se veían los insectos y los murciélagos, en su ancestral y constante pleito.No muy lejos se escuchaban los cantos de los gallos,uno allá y otro mas allá.Las luciérnagas volaban con sus intermitentes luces de mercurio.Una lechuza de níveo color aleteaba con fuerza y emitía su corto sonido, en este lugar tan natural,tan silvestre.
La noche transcurrió, y pronto se apagaron las ultimas estrellas del firmamento.Se abrieron los párpados de la gris aurora.El sol ya estaba naciendo y mostró un día claro y brillante,renovando el alma de la naturaleza.
Surgió la sencilla alegría en los cerros que estaban verdeando,lo mismo sucedía en los lugares planos.Casi todo era verde,y no de un color verde por mimetismo,eran verdes oscuros,claros y amarillentos,por efecto de las proporciones de la clorofila en las nervaduras de las plantas, que es la sangre de las plantas.
En este lugar que conserva aun su maravillosa belleza,las hojas y las ramas de los arboles cantan con el viento,y los pastos en el suelo se adormecen con el suave calor,mientras pasan las blancas y jabonosas nubes, en un cielo de intenso color azul.
Todos estos seres vegetales apagan su sed con el agua de la lluvia que cae,y con el rocío mañanero,pero también con la humedad de los ríos y riachuelos, que corren como hilos de plata entre las morenas paredes de la fértil tierra.
Ahí en ese lugar, el viento lija la corteza de los arboles,y el tiempo lo respeta por hermoso y apacible.
Por sus estrechos caminos y brechas, anda el amor lento y sin prisas, y el pensamiento se desliza con suavidad y delicadeza.
No es un lugar inescrutable, y si es fortuita tu llegada a el se que lo vas a disfrutar.
Ahora la lejanía se torna parda, llega el ocaso,y el día termina.La noche vuelve a reinar, y el ciclo de vida se vuelve a repetir.
J.Jesús Ibarra Rodríguez.
Delegado Cultural UHE,México.
D.R.2013.
Comentario
Jesús,
Tus palabras me transportan a ese hermoso paraje... Felicidades!
Saludos y bendiciones!
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