Tú y yo… fuimos copa y vino

y nos nutrimos con el dulce licor de nuestra  pasión.

El arco iris se vistió de celos

al ver la insigne pasión derramarse en nuestros besos.

Fuimos agua de vida,

 la envidia de las olas

que no podían llegar con tanto ímpetu

a las playas de sus afectos.

Fuimos un edén… donde floreció el amor.

Hoy somos dos silencios

vagando por el vacío del tiempo.

Tú … la rosa más amada de mis días

la que una madrugada  funesta se marchitó,

su extinción ha despojado de ornamento el jardín de mi ilusión

y ahogándome en un océano de evocación.

Esta soledad repartida

me  ha dejado la vida echa astillas.

Nos falto mucha felicidad por recorrer

y  besos para ofrendarnos.

Este río de amor no se secó con tu partida

porque todavía corre agua efusiva

 por los afluentes de mis ojos que no te olvidan.

A este amor tan mío… Aún me queda el agradable aroma de tu dulzura

atesorada en mi alma entumecida.

Cuando mi  huerto aislado se ciegue  y  mis raíces se marchiten

mi camino dejará de ser un tortuoso sendero,

Porque mi alma enamorada coincidirá con la tuya

Para  habitar… en felicidad eterna.

 

 

Vistas: 83

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…