Mayúsculas, minúsculas y ortopédicas,
así andaba el cojo Manuel, y mascullaba
entre dientes, con color de sarro, la vida
está rota , como mi pierna.
Viéndole como le veo, le digo: no se queje,
hay quien solo se mueve en silla de ruedas.
Me mira con animo de furia, y me lanza
una andanada de improperios, de todo
menos bonito, y dando media vuelta se
aleja.
Lo veo que está lleno de amargura, y
mientras se aleja pienso, le haría falta
una ayuda, cosa que el no desea, ni yo
puedo ofrecérsela.
Así anda el mundo, a rastras, cojo y
tuerto, y también ciego, y no hay
medico chino que lo remedie.
AROCA. D.R.
Comentario
Los quejares de la vida, de dolor e infortunio, hay los que se curan y los que se penetran tanto que para ellos no hay remedio.
Gusto de leer su inspiración
Saludos cordiales
Teodora
Muy bello
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