El sublime decreto lo he dicho y nadie debe contradecir
menos querer pensar de distinta manera a lo establecido
porque quien sabe más que yo; sólo nuestro Creador
y eso porque yo se lo he permitido, dijo envilecido
Entonces cundió el miedo en todos los presentes;
que hasta la mirada disimulada daba mucho temor,
como si el presagio del tirano estableciera un mandato,
lejos de carecer fundamento o poseer algún valor
En el ambiente rondaba un olor medio salobre y áspero,
que se colaba hasta el tuétano de los huesos temerosos;
pero nadie decía nada ni menos comentaba, porque bien sabía
el último de los asistentes, como un sueño se diluía
Por ahí alguien levantó la voz como diciendo presente;
pero no lo repitió, porque de pronto un extraño ruido
¿de donde salió?, como fue, todos regresaron a ver
pero solo constataron como la muerte se hacía presente
El instinto prevaleció tratando de socavar el temor;
pero todo fue en vano, el daño se multiplicaba a raudales,
la voluntad se desleía y el tirano se reía demente,
ya obnubilado con la perturbación de su razón
Nelson
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME