Nací bajo el estigma del proletariado,
encadenado a la pobreza de por vida
me decía; mientras mi padre me veía
y nada decía, porque no había dinero
Entre el mirar y el estar ciego, así crecí
porque la torpeza de un silencio con olor
a complicidad, para soportar la daga fila
que atravesaba a esta condición social
Que me importa me decía siendo niño;
porque no pensaba, menos analizaba
hasta cuando vi le extrema necesidad,
encarnada en el rostro enjuto de mamá
Ya en la adolescencia por mi rebeldía,
arrasé con la religión y con constante
intrusión le increpaba a Dios su andar,
hasta llegar sin dogmas a la plenitud
En la actualidad mi verdad es el Padre
Celestial; pero gritando a quien sea,
como la desigualdad es un dogma
a vencer, para tener mejores días
No me importa el criterio de la gente,
simplemente es el clamor indolente
del que miente y pervierte, como el vil
calumniador del cual yo doy razón
Nelson
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