En el portal de la dicha no tengo prisa, porque han venido
súbito, estrepitosos y deseosos los recuerdos a mi mente
cuando he cerrado los ojos, y tu figura hechicera viene
sobria, galante y con un talante para amarnos locamente
Nos tomamos de la manos fuertemente; hasta que nuestros
rostros levantan una mirada, en un punto donde quedo
subyugado ante esos labios adorables, a los cuales beso
con infinita pasión deseando que el tiempo se perennice
Es un ósculo cadencioso, cuyo vértigo transita vehemente
por nuestras venas, produciendo que la temperatura
se caldee dentro de las emociones, hasta llegar al punto
de quiebre entre la razón y la demencia por la excitación
Entonces el sortilegio y las reverencias entre caricias
y albricias, producen el deseo más febril jamás sentido
cuando mis manos guiadas por el tumulto fácilmente
perceptible, entre tu vientre me lleva a el sin resistencia
La somnolencia se ahonda aunque en el ambiente
tornado en un huracán, los jirones de la lujuria encendidos
nos arrastran al abismo, donde nos dejamos caer
ante la embestida del mástil a tu piel carnosa y suave
Ya culminada la entrega celestial, nos viene la paz
en una senda de abrojos, adornada por esas gotas
salobres que al contacto con mi geografía, despierta
en mi la necesidad de seguir soñando y sólo sonrío
Nelson
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