SU SOL DEL ATARDECER SE QUEDO ALLA LEJOS

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

SU SOL DEL ATARDECER SE QUEDO ALLÁ LEJOS

Miraba pasar los carros y se acercaba pidiendo una moneda,

 aquella menuda india para alimentar a sus hijos,

los que cerca del alto muro la acompañaban.

Entre su largo y negro pelo, destacaba su mirada de tristeza y

amargura. Parecía recordar con nostalgia su lugar de origen.

Daba la impresión de que se conformaba con su destino, sabiendo que su sol del atardecer

se quedo allá lejos, junto con aquellas noches de un millón de estrellas.

Hoy extraña el viento que mueve los arboles y las plantas, que invitan a

disfrutar de su sombra y de sus frutos. Llegó de muy lejos, con la esperanza

de mejorar, dejando atrás sus tierras y su casa de techo de palmera, pero con

suave calor familiar. La esperanza de lograr mayor ingreso no la hizo recapacitar.

Después de estar horas pidiendo algún dinero a la gente que en sus autos

conducía, regresa a una humilde vivienda que renta, y allí se consuela cantando

canciones de su suelo natal en su idioma original.

Esta resignada a esa situación en que encuentra algo con que subsistir.

Pero en las noche sueña que vuelve a su terruño, en compañía de sus hijos

que son de su existencia el mayor motivo.

J. Jesús Ibarra Rodríguez.

México. D . R .

Imágenes tomadas de Internet.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Críspulo Rufino Cortés Cortés, insigne poeta y escritor, tu presencia en mi texto tiene alto valor.

Te agradezco infinito tu afable presencia.

Te envío con afecto un fuerte abrazo fraternal.