Se encontró un señuelo del amor,
y el ingenuo cazador fue cazado,
su espíritu no era afortunado,
lo engañaron.
Lo taladraron como a la piedra una gota,
resquebrajaron y despeñaron su alma,
una densa niebla le ocultó la verdad,
fue culmen del desamor.
Pero su corazón seco y sin animo,
con un Poético verso que leyó,
olvido aquél su triste pasado,
y a él llego ella.
J.JESÚS IBARRA RODRÍGUEZ
Derechos Reservados.2012.
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