04/01/22 Martes, 9:47 am
Cansado y fatigado el viejo se sienta
en la banca de la plaza, casi desierta.
Sus manos sostienen una flor heráldica
premio recibido de su estadía lenta.
Un joven de hermosa galanura
lo observa con curiosidad y disimulo.
En pasos fuertes y vibrantes de energía
se sienta al lado del fatigado viejo.
¡Hola! Le dice con voz aniñada y respeto
¡Hola! Le responde con calma, el viejito
Se quien eres - prosigue- eres el nuevo.
No daré inventario por haber facturado
malo o bueno, son ellos que lo deciden.
Di fuerza y valor, perseverancia a muchos
esperanzas regué, pero aún siguen perdidos.
Están llenos de dudas y miedos
pero la creatividad dio buenos frutos.
El dolor sincero embarga a pocos,
y otros en poder, lo disfrutan.
Abrazándolo , dijo:
- le deseo lo mejor y ¡Gracias!
por hacerlos mejores en voluntad y anhelos -
El viejo año se alejaba contento sabiendo
que dejaba en buenas manos al mundo,
con un año nuevo que crecería con ellos.
Ojalá que los humanos aprendieran
a no echarle siempre culpas,
cuando realmente son, los que a veces
toman decisiones erradas e injustas.
Rosalba Linares
Escritora y poeta venezolana
Derechos reservados de autoría.
Comentario
Buenas letras querida amiga, llega al corazón.
Muchas gracias por estar aqui y compartir tu arte con nosotros.
Un abrazo.
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