N o c h e s
T r i s t e s
En ciertas noches tristes
Escucho, con los ojos en el vacío,
Como canto de búho en la soledad del bosque.
No puedo creer, pero lo siento, todas las noches
el tiempo es viento y somos los recovecos de luz
y sombras que está pariendo la luna en sus ojos
prendados al bosque y escuchando al búho.
La luna encinta, embarazada de ideas oscuras
resplandece y mira a las estrellas brille y brille;
a la espera del sol, la luna amarillea de amor
y busca impactar a los seres y almas impuras…
Las almas impuras entristecen por la culpa
y sus pecados son peces que se ahogan de ira
por el paraíso perdido; pero su enojo displacer
es un río subterráneo que inunda las mentes
de todos los invitados a esa promiscua fiesta
de enanos, jorobados, gigantes y brujas con hilo
dental en sus senos y pudibundas carnes…
es la hora del milagro; las puertas del infierno
se abren con coros infernales y una turba
humana entristecida penetra a esa eternidad
que apesta a cieno y a tristeza putrefacta
con lloros, pujos y desesperanzas plenas…
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