Escucho el contento lejano del río, 

el jolgorio de las aves,

cuando se bañan en sus aguas sanas,

percibo el sonreír de mis cansadas venas,

y como va huyendo la tarde,

cuando la noche se acerca.

La piel se descubre sin pudor,

mientras ella ataviada de amante

  espera,

hay un olor a rosas que aguardan,

y vuelve la melodía del amor,

con sus frescas humedades,

a festejar

esta pasión que nos quema.

La noche calla y feliz nos observa,

ella con los ojos me habla,

las palabras callan,

mientras mis manos con suavidad,

van buscando lo que mi pasión espera.

El sortilegio de los besos descansa,

la piel se relaja,

ella me dice tanto con la mirada,

yo me acurruco en su agraciado pecho,

mientras despierta el alba.

 

 

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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