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TITULO: Mis manos huerfanas
Y se anudó la mañana al dolor de mis entrañas, y palideció el alba ante mi desmedido dolor. Mis manos quedaron huérfanas, entre un calvario de bellos recuerdos y el sinsabor cortante de su partida mientras mi corazón lloraba la sinrazón de su defunción. En un rincón de mí desolada habitación hay lagrimas secas junto a un viejo sillón, ultimo refugio de mi dolor. No existe consuelo para este desmedida dolencia y entre ocasos tristes, se me van las noches preñadas de placenteros recuerdos, hundido en mis dolencias, sin un pequeño fuego, para alumbrar mis longevas penumbras, en medio de mi desolada habitación.
AUTOR: Marco González Almeida Venezuela 4 de junio del 2012 Derechos reservados
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