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Dices que mi nombre tienes grabado en una piedra blanca y preciosa señor,
que siempre me llevas en la mente y el corazón,
que no me olvidas nunca,
que sabes el sabor de mis lágrimas,
el color de mis derrotas
y el sol de mis risas también.


Yo soy tu oveja pequeña,
la más débil y asustada, señor.
Tu oveja indefensa,
propensa a caer en la boca del lobo
sino me cubre tu divina luz,
¡Esa que siempre necesita
de tus abrevaderos sublimes de amor!


¡Dame un nombre nuevo señor!
Dame un corazón blanco como tú,
con los ojos siempre mirando al cielo;
con temple de duro hierro.


Derroca mis barros y miserias
¡Hazme vaso nuevo!
Un nombre nuevo me pusiste, señor,
me quitaste la túnica del egoísmo y la maldad,
purificaste mi vida;
me besaste en la cruz de tu bondad.


Yo, tu oveja sumisa,
con nombre nuevo
te sigo detrás contenta.
Porque tú eres el bien supremo, señor;
la plenitud de mi ser.


Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú- derechos reservados

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Comentario

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Comentario de J.Jesús Ibarra Rodríguez el abril 14, 2021 a las 1:58pm

Distinguida poeta, gracias por brindarnos tu talento, que se refleja en estos bello versos, que son místicos y de fe.

Felicitaciones.

Un cordial abrazo fraternal.


PLUMA ÁUREA
Comentario de Maria Beatriz Vicentelo Cayo el abril 14, 2021 a las 1:58pm

¡Qué lindas letras amiga mía!

Haces referencia a la Parábola de Jesús cuando relató que un hombre tenía cien ovejas y se le perdió una;  muchos le decían que teniendo cien no importaba que perdiera una, sin embargo él la buscó y la halló en un despeñadero, la recogió y la reintegró a su rebaño.   De la misma forma Dios nos ama, aún teniendo muchas hijos,  se preocupa por cada uno de nosotros.  Desde luego tienen otros simbolismos su parábola.

En estas hermosas líneas  tu le pides que te pongo un nuevo nombre quieres ser un NUEVO SER:

¡Dame un nombre nuevo señor!
Dame un corazón blanco como tú,
con los ojos siempre mirando al cielo;
con temple de duro hierro.


Derroca mis barros y miserias
¡Hazme vaso nuevo!
Un nombre nuevo me pusiste, señor,
me quitaste la túnica del egoísmo y la maldad,
purificaste mi vida;
me besaste en la cruz de tu bondad.

¡Oh si que me encantó mi querida compatriota!

Mis felicitaciones amada poeta!

Miles de graciasssssss

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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