CRISTINA SARALEGUI
20 años reinando en Univision
Comenzó en Miami la gira por las tiendas Kohi’s de Estados Unidos presentando las novedades de su “Casa Cristina”, que pertenecen al “imperio Saralegui”, aunque no esté ligada directamente al imperio de la ya legendaria periodista, como tal. Esta colección incluye vajillas, cubiertos, mantelerías, velas y lencería para el dormitorio, además del elemento estrella: la ropa de cama, de la que ha ofrecido tres diseños en diferentes colores. La primera vez que ví por televisión a Cristina fue en una entrevista (era una “chica Cosmo”) durante un viaje fugaz a Miami. Después he seguido su carrera paso a paso y hasta he participado como en 7 programas de su show de la tarde en Univision. También la tuve como directora en “TV y Novelas” y preparamos la de “Cristins, la revista”. Sigue siendo casi la misma en el físico y, sobre todo, la misma en sus respuestas y expresiones. Como ella ha dicho siempre, sus respuestas van directamente a la boca, por lo que sus declaraciones son sorprendentes, interesantísimas, inteligentes con espontaneidad e impagables.
– Cris, la ropa de cama me ha dejado impresionado. Me gustó y la enconteé muy, muy europea.
– Sí, a mí me encanta. Tiene como detalles nuestros y al mismo tiempo cosas de allá. Acabo de venir de España. Y lo pasé superbien porque me puse a hacer investigaciones para esto.
– ¿Tú te inspiraste en algo de los hoteles, de las casas europeas o…?
– Sí. Lo que nosotros hicimos es que, hace cinco años empezamos con “Casa Cristina”. Y ahora estamos diseñando cosas para la cadena “Kohi’s” que ya son mil tiendas. Entonces, el juego de cama es lo más nuevo que tenemos. Esos tres juegos de cama. Y tenemos uno que se llama “Talavera”, que está inspirado no solamente en la Talavera de México sino en la Talavera de la Reina de España. Tenemos otro, que se llama “Tesoro” y es como de satin. Que es más formal. Tenemos uno que se llama “Paz”, que es de lino crudo casi blanco. Tres looks completamente diferentes, al mismo precio.
– Una cosa que siempre ha llamado la atención en ti es tu multiactividad. Tú rompiste el viejo dicho de “el que mucho abarca, poco aprieta” porque siempre has abarcado mucho y ¡has estrangulado!
– Sí, yo mucho aprieto. No me imagino sin trabajar, Javier. Tú me cconoces. Ya tengo sesenta años, que los acabo de cumplir. Y yo le digo a Marcos cuando me pregunta “cuándo te quieres retirar”. Yo le contesto que no me imagino lo que voy a hacer. Mis hijos ya son grandes. Mi hija vive con su hijo, que ya soy abuela. A mí me encanta el show, mientras aguante ahí estaré. Lo de la revista, tuve que cerrarlo porque era mucho trabajo, no podíamos con todo. Seguimos con la televisión y estoy más tranquila. Y a mi siempre me ha gustado la decoración, entonces elegí lo de la ropa que es lo que más me gusta. Estoy disfrutando cantidades industriales, tomando fotos, estudiando historia, viajando… me gusta mucho, mucho, mucho.
“Casa Cristina” lleva 5 años trabajando con la misma compañía y saca la sexta colección de muebles, llamada Andalucía, donde pasó las vcacaciones, y se inspiró.
– Visitaste Valencia, que es la tierra artesana de muebles?
– No, porque estuve tres días en Madrid y de ahí nos fuimos para casi todo el sur. Todo lo que tiene influencias de “al andalus”. Antes, cada vez que iba a España iba solamente al país vasco, donde tengo toda mi familia, tengo veinte primos. Pero nunca había pasado por Marbella, por la Alhambra… Nunca lo había visto en persona y me moría de ganas. Entonces nos metimos dos semanas y media por el sur, y después cruzamos a Marruecos… porque yo quería montarme en un camello antes de morirme… estuvimos dos o tres días… — Lo habrías podido montar en Canarias…
– Pero yo no sabía. Tú sabes que la abuela de Marcos es de Canarias… Bueno, tomamos mil y pico fotografías. Fuimos en carro desde Madrid a Sevilla, que me encantó. Me quedé enamorada. Tenemos que volver a Marbella.
– Ahora regresa Banderas a vivir allí.
– Bueno, tú sabes que él es de allí.
– Sí, pero quiero decir que deja su casa de Los Angeles y se instala en la de Málaga.
– Tú sabes que Antonio siempre me dice que yo pongo la boca y él pone la paella.
– La otra pregunta sobre las ollas y la cocina es: ¿tú has sido una mujer de cocina alguna vez en tu vida?
– Jamás en mi vida. Es más, hice una columna que se llamaba “los hombres de la cocina”. Y en la columna puse la familia de nosotros. Primero mi papá, que ya falleció, que era un comelón bien vasco. Y él era el que cocinaba para mi mamá y todos los hijos. Luego, Marcos es el que cocina aquí. Que ya llevo veinticinco años con Marcos. Y ahora mi hija se casó con un italiano. Y él es el que cocina en casa de mi hija. El trabaja en un banco. Así es que los hombres cocinan y nosotras sólo hacemos como en una obra de teatro, cosas para salir del paso. Pero no somos cocineras. Cuando hicimos lo de las ollas, yo lo que hice fue que la señora que cocina en mi casa, que le decimos Shanita, es de Venezuela, porque le gusta cocinar sin aceite, me hacía hasta vegetales congelados que saben de maravilla. Por eso es que me enamoré de ese proyecto, pero ya las ollas ya fue un negocio que hicimos por dos años y las ollas no son de mi colección. Aunque están en Casa Cristina, ellas tienen su propio hogar.
– ¿Los proyectos tú los pensaste y estructuraste o alguien te lo propuso o…?
– Yo te dire cómo funciona. Nosotros tenemos licencias. Yo tengo un diseñador que trabaja conmigo y vive en Nueva York. Tengo otras tres personas que trabajan en diferentes partes de la compañía y viven en diferentes ciudades. Nos cumunicamos viajando o por e-mail. Y yo me meto en todo, de aquí no sale una línea de diseño que yo no chequee… Hasta los nombres. Yo le pongo los nombres a la colección de muebles, yo les pongo los nombres a las vajillas, a los cubiertos. Pero no sdólo los nombres, yo les digo esto es de México, eso es del Cono Sur, esto es de España, esto es del norte de España, esto es árabe… esa es mi aportación. Tenemos ya diecisoiete licencias, porque el que hace cubiertos no hace vajillas, el que hace mantelerías no hace ropa de cama… Entonces, yo hablo con ellos, apruebo todos los diseños, les mando mis libros de investigación… porque lo que a mi me gusta es investigar, lo que son las raíces de nuestro diseño hispano
– ¿Vas a seguir añadiendo productos a tu agenda o vas a seguir evolucionando los que ya tienes?
– Yo pienso que ambas cosas. Mucho me interesa por ejemplo lo de los veinte años del programa, porque yo francamente, desde que empecé a hacer esto… Toda mi vida he sido periodista de prensa escrita; esto fue otra cosa que me sucedió. Entonces, quien me iba a decir que veinte años después, estaría conversando contigo, que te conozco desde hace veinte años. Ahora estamos por ejemplo planeando nuestra gira, planeando los programas de aniversario que vamos a hacer, planeando todo el aniversario como lo vamos a celebrar, como distribuir a la gente, como por ejemplo no solamente hacer historias de rememberanza de la gente que ha pasado por el show, sino de la gente común y corriente que han sido los mejores panelistas. Y en eso andamos ahora, con el productor ejecutivo, viendo cómo vamos a celebrar nuestro veinte aniversario. Eso me interesa, ¡pero muchísimo también!
– Claro, eso es la historia de la televisión hispana en Estados Unidos, en América. Y dime una cosa, en este tiempo, tanto en lo que se refiere a la televisión, como en lo que se refiere al grupo de actividades al margen de la televisión, ¿hay algo que todavía te queda por hacer?
– Yo pienso que al contrario. Yo empecé un programa diario, que lo hice por doce años. Y el programa de prime-time, que lo empecé en el 93. Entonces llegó un momento en que, lo que yo quería, que era estar en la televisión, que me gusta mucho la televisión… pero quería poder tener vida. Cuando esos programas diarios, que duraron tantos años, era muy duro cuando tus hijos iban creciendo, sin su mamá poder estar ahí, cuando tienen un rollo, cuando son adolescentes. Yo me fui dando cuenta con los años que en vez de producir más televisión; yo lo que quería era quedarme, no ser avariciosa. Quedarme con mi programa semanal, si me lo permitían en la cadena. Y gracias a Dios, me lo permitieron. Lo tengo desde hace siete años y poder entonces extenderme en las direcciones que me estoy extendiendo ahora. Para poder hacer otras cosas también. Porque también “la avaricia rompe el saco”. Podía haber dicho “ahora vamos a quedarnos aquí” porque nosotros tenemos nuestro propio estudio de televisión. Y ahí tengo tres estudios para grabar. Yo sólo ocupo uno y Marcos alquila los otros dos, para comerciales, para otros programas de la misma Univision. Como inversión de negocio es buena, pero yo no quería seguir produciendo y seguir metiéndome en problemas que tenía que supervisar, porque yo soy bien “fastidiosa” para las cosas que yo le pongo mi nombre. Yo no puedo decir “esto es producido por Cristina Saralegui” y a ojo de buen cubero, salga como salga. Yo no puedo hacer eso. Entonces, con esa base, en vez de decidirme por la dirección de hacer más programas de televisión o de producir más, entonces lo que hice fue, desde hace cinco años, dedicarme a este negocio de la licencia, que me parece más bonito y que me gusta mucho.
– A propósito de lo que acabas de decir, ¿qué le responderías a gente que puede haber por ahí que asegure que te presentan el producto y tú pones la firma?
– Sí, pero tú sabes que a la larga eso no funciona. Yo soy supermetiche, entonces lo único que tienes tú a través de tu carrera y por eso tú haces tu columna o radio o televisión, es tu credibilidad. Todo lo ganado en estos veinte años, un nombre, una reputación. Si esto no hubiera funcionado, ¿dónde me meto yo, dónde pongo la cara? En esta gira por las tiendas, Cristina firma autógrafos, fotos, toallas, etc., y además recoge perticiones en la “cajita de sueños” para sacar los panelistas de su programa “Soñando Contigo” del “Show de Cristina”.
– Como mujer de prensa, como mujer de televisión, con tu gran carrera, ¿qué piensas del vuelco que ha dado tanto la una como la otra actualmente, es estos veinte años?
– Es increible porque lo que hacemos todos nosotros es reflejar los cambios que suceden en la vida real. Yo estaba en España cunado ocurrió la caída de la bolsa, la crisis de Wall Street. Yo llevo cincuenta años en este país. Mis papás nos trajeron a mi y a hermanito siendo niños. Entonces, uno de los grandes problemas que hay a nivel económico, los que hay en las elecciones en los países latinos… Yo me preocupo de estos problemas. No por mi, que ya soy una vieja, sino por mis hijos, que tengo tres. Entonces, qué es lo que yo trato de hacer con lo que escribo, con los programas de televisión, es reflejar lo que está pasando, pero sin un sabor amargo. Reflejar que lo último que se pierde es la esperanza. Y si la gente joven no tiene esperanza, ¿para qué van a vivir? Así es que sí reflejo cosas que no son bonitas de reflejar, pero trato siempre de darles una alternativa dentro del programa, con ios expertos, para que ellos puedan seguir adelante con sus vidas.
– Tú escribiste “Las memorias de una rubia”, ¿va a haber una segunda parte?
– Sí, cuando tenga tiempo de sentarme. Me dicen ¿tú cuánto vas a durar ahí? Les digo: mientras dure el… ahí estaré.
– Con tu nieto, ¿eres una abuela típica o atípica?
– No soy una abuela típica para nada, porque yo soy una de esas mujeres que les da miedo cargar a los bebés cuando son muy chiquitos, pero ya mi nieto corre porque tiene un año y medio, así ya lo puedo agarrar y morderlo y todo. Pero para que tú veas cómo es mi vida, ¿tú sabes quién es la persona que vuelve loco a Dominic, a mi nieto? Es Marcos Avila. Tan es así que él tiene pasión con Marcos. El otro día yo lo llevé a la grabación, fue mi hija, su esposo, los suegros de ella… Estábamos grabando y el chiquito ese, nada más vio a mi marido, que habíamos estado de vacaciones, como dos semanas y pico; y se le tiró arriba, lo besuqueó… Marcos tiene una clase de sangre para los niños, que ya quisiera yo tenerla. Pero soy una abuela sumamente peligrosa, lo quiero con todo mi corazón, me cambió mi vida completamente. Porque todo lo que no pude disfrutar a Gianmarco y a Titi y a Estefanie cuando tenía que hacer el show diario, ahora que tengo más tiempo porque estoy en mi casa y trabajo más tiempo en este negocio, con mi computadora, el enano se me aparece a cada rato a cada rato. Y estoy feliz,
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