Gumesho!!!!!!!!!!!, eres tú???, gritó Don Guillermo a Gumercindo,
sobre nombre acostumbrado para llamar al amigo de Raúl, quien ayudaba,
haciendo las veces de peón, en la chacra y timonel en la canoa;
Siii, Don Guimo, soy yo “”Gumesho””, replicó el muchacho,
¿guardaste a los Guacamayos?, refiriéndose a los dos loros grandes de vistosos colores,
Síiii, los guardé y les di su comida, también guardé “las filuditas”,
refiriéndose a las herramientas o machetes con bastante filo, que se usan en la chacra,
a cada una, la coloqué dentro de su vaina, para que los peones, al cogerlas,
no salgan cortándose Don Guimo, al comenzar la mañana!!!!!!


Muy bien hijo, contesto Don Guillermo, ¡este es un buen muchacho, decía para sus adentros!.
Gumesho, con su capacho sobre su cabeza, prosiguió su camino hacia la casona,
prenda que es un sombrero viejo, con las alas caídas; la misma, que le cubría
o tapaba el rostro hasta la mitad de los ojos y el gacho, orejada cortada y deforme,
recogiendo en el camino, el guisador, que sirve para condimentar la comida,
y la jagua, que es el fruto del huito o wito o también uito;
conforme lo llama, la gente del campo, el que sirve para curarse
cuando uno adolece de alguna afección a los bronquios, pues Onoria, su mujer,
con quien se encontraba unido en matrimonio desde hacía veinte años,
se encontraba un poco afectada en su salud, como consecuencia de un resfrío.


En el tránsito hacia su cabaña o casa, Gumesho, se cruzó con Raúl, de quien se despidió,
este, le gritó, ¡¡Cuidado con el MACHACUY!!, que es una culebra pequeña, de color verde,
muy venenosa, a la vez que le recomendaba, que tuviera extremo cuidado,
ya que Gumesho, siempre caminaba acompañado de su menor hijo, y el niño, de seis añitos,
se acompañaba de su misho, que es como se le llama a los gatos en la selva del Perú,
cuales “mushos”, es decir, sus ojos, eran de un intenso color verde,
como lo eran los ojos de la niña Ruth, hermana de Raúl, cuyo color,
sobresalían en el transcurrir de las noches del poblado.


Las “NINA CURO” nombre otorgado a las luciérnagas, sobrevolaban el sector,
otorgando beneplacita luz alrededor del rancho, haciéndose alegre su intermitencia,
en la taciturna noche que regalaba su acostumbrado esplendor otoñal.

DEDICADO A MI ESPOSA RUTH ARANIBAR GARCÍA DE BORJAS Y FAM.

LIMA-PERÚ. CARLOS FIDEL BORJAS DIAZ

DERECHOS RESERVADOS

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Comentario

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PRESIDENTE HONORARIO
Comentario de Aimee Granado el agosto 14, 2020 a las 7:49pm


ADMINISTRADOR
Comentario de Delia Pilar el agosto 14, 2020 a las 7:31pm

Muy interesante tu relato. 

Está bien que aclares el significado de palabras que no conocemos en otros países, algunas se pueden encontrar en Internet pero otras no, por ello es conveniente realizarlo en el transcurso del texto como has hecho tú o a pie de página. Ej, wito no la conozco, me gustaría que la aclararas. 

¡Felicitaciones, Carlos!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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