Llego la hora del adiós DESTACADO

[marco gonzalez]

Llego la hora del adiós

 

Desde hoy mi viejo velero

partirá hacia desconocidos puertos,

allí anclaré en paz,

buscando quizás,

alguna alga seca me cuente,

que quizás una vez hubo amor entre sus evaporadas aguas,

aunque me parezca incierto.

 

Sólo fue un sueño,

un deseo ferviente de mi alma solitaria y atormentada,

allí fondearé en medio de la sequedad de su arena,

le recordaré,

aunque continuaré buscando en silencio,

sus mansas aguas,

en medio del desconcierto.

 

Husmearé entre la arenilla del tiempo,

aquel nombre que no podré borrar

de la proa de mis sentimientos,

aunque el frío del puerto

me hiele hasta los huesos.

arriaré la bandera de mi amor

y la guardaré en el atiborrado cofre de mis sueños

donde he ido guardando,

siglos de ausencia.

 

Buscaré su estrella allá por el infinito

y aunque no pueda alcanzarla

sé que estará allí en la lejanía

y en mis fantasías,

por siempre presente. 

 

Hay tiempo para todo,

y aunque la ilusión que se coló por la escotilla de mis amores

hoy siento se desvanece,

como el agua de su mar que desapareció de repente,

bajo su sol distante y caliente

 

Llegó la hora del temido adiós,

no me amó,

no fue culpa suya,

tal vez mía por querer llevarle urgente

hacia donde me ordenaban los sentimientos,

se rompieron las velas de mi navío,

por tan violento y frío viento.

 

Hoy vuelvo a mi lugar de siempre,

con las mismas ajadas y vacías manos,

el corazón sangrante

a hablarle de nuevo al indiferente silencio,

de mis eternos desaciertos,

el amor no llegó hasta mis anhelantes aguas,

por eso echo anclas,

lejos de su ansiado y amado puerto.

 

 

[SENDA]