LAS FLORES Y EL VIENTO
En aquella región había,
dos clases de viento,
uno suave y lento,
y otro fuerte y violento.
Uno recorría los patios y las casas,
el otro las calles y los arboles.
En una casa existía cerca de una ventana,
una maceta con flores que allí adornaban.
A ese sitio llegaba a diario,
el viento más calmado,
que parecía un amor invisible,
que a las flores besaba.
Las flores de la maceta
nunca al violento esperaban,
y con el viento suave
una relación habían entablado.
Ellas con el apacible viento,
parecía que bailaban,
mientras él las limpiaba
y a los insectos les ahuyentaba.
Hasta que un día se presentó el viento violento,
que de su ruta se había desviado,
agitando las flores y luego tirándolas;
y la dueña del hogar las fue recolectando.
Al poco tiempo llegó el viento suave y lento,
buscado las flores para pasar un buen rato;
pero ya no encontró a las hermosas, solo la maceta vacía,
y sintió eloicas penas dolorosas.
Ahora las flores están en un florero,
en la sala principal de la vivienda,
mirando por una ventana a la maceta,
la que una vez fue su nostálgica casa.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
México. D . R .
Imagen de Internet
Comentario
Elias Antonio Almada, gracias amigo poeta por recorrer mis letras.
Me alegra que te hayan agradado.
Un fraternal abrazo.
Críspulo Rufino Cortés Cortés, estimado amigo poeta, gracias por gastar tu activo tiempo,
para leer mis letras.
Tu comentario es muy bondadoso.
Recibe hasta la Península un fraternal abrazo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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