LAS ARENAS DE UN ARROYO.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

                                                 

                                                           LAS ARENAS DE UN ARROYO.

 

Las arenas de un arroyo, querían tener una vida placida, junto a la fina tierra del fondo, y  sentir el agua acariciándolas, y a los amigables peces recostados sobre ellas.

El origen de las arenas de un arroyo, es incierto. Se sabe que proceden de unas duras piedras, que se redujeron con el tiempo por efecto de las erupciones, las erosiones, y los choques entre las rocas .Así como por la lluvia y el viento. Todo esto trajo como consecuencia su fragmentación, y finalmente su depósito en los lechos de los arroyos, que nacen  en las montañas y corren  hacia los valles.

En un arroyo transparente por donde se asoman unas rocas grises, pasan las corrientes de agua, rápidas y lentas, algunas que callan y otras que cantan, y que embellecen los paisajes rompiendo la monotonía de esos lugares. Los rayos de sol penetran entre las aguas e iluminan las arenas depositadas en lo profundo. Las arenas tratan de no ser arrastradas de donde se sienten bien. Pero resulta inútil su afán de fijarse en los bordes del arroyo y en las piedras. Además existe el riesgo de que sean llevadas hasta una cascada, caer y revolverse con la efímera espuma efervescente. O ser retenidas por el tronco de un árbol, cuyas raíces beben el vital liquido. Por otra parte, las arenas son engullidas, junto con los insectos que atrapan las aves migratorias, o por un pez de rápidos movimientos y destellos luminosos que salen de sus escamas, y que come musgo y plantas acuáticas.

Las arenas no quieren ser cama de objetos caídos, como bolsas de plástico, latas y basura. También les irrita soportar las pisadas de la gente, las botas de los pescadores, los animales que abrevan en el arroyo y las remueven, a los traviesos jóvenes que ahí se bañan, y las tiran con las manos a los lados. Son su tormento los patos zambullidores, los borrachos solitarios, los tontos e ignorantes, y los que actúan como retrasados mentales  alterando la Ecología. Y qué decir de las ruedas de los carros, las de las bicicletas y las palas que algunos días llegan, para llevárselas y revolverlas con cemento para hacer construcciones.

En realidad las arenas pugnan por que se conserve el medio ambiente, que haya higiene y respeto a la Naturaleza. Pero sus observaciones a nadie les importa, no les hacen caso y ahí están esperando un cambio. Hay arenas que son finalmente llevadas, por las aguas que se unen a un rio hasta el mar. Otras en cambio viajan con las corrientes que desembocan en un lago, y se asientan en lo más hondo y oscuro, en donde su voz no será oída. Solo escucharan que preguntan:- que hay en ese lago? Y que contestan:- solo agua, arena y lodo.

 J.JESÚS IBARRA RODRÍGUEZ.

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