Era tanta mi desdicha,que llegué un dia a pensar, que por todos mis pecados, así lo tenía que pagar.Lastimado y ofendido, en momentos de mi vida, ignoraba yo el motivo de semejante castigo.Yo ya sé que no fui un santo, y que faltas cometí,pero no era para tanto, nunca a nadie yo agredí.Andaba por los caminos,desde el desierto hasta el mar,buscando ese ser divino, que me pudiera ayudar.Cuando al fin lo encontré, supe que era Jesús,pues me dio todo su amor, la paz y la felicidad.Por el vencí mis temores, y me olvidé del pasado, se acabaron mis tristezas,ya disfruto lo anhelado.Cuando Cristo esta conmigo,siento que todo es mejor, si hay alegría en mi casa, es por su gran bendición.

J.JESÚS IBARRA RODRÍGUEZ.

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