LA MUJER QUE NO QUISO A ELVIS PRESLEY.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

                                      LA MUJER QUE NO QUISO A ELVIS PRESLEY

 

La pequeña ciudad del centro de México, recibía el inicio de la década de los años sesenta, con una serie de acontecimientos de relevancia mundial. Los viajes espaciales, guerras, cambios climáticos y la expansión desde la Unión Americana del Rock and Roll. Este nuevo ritmo que pronto tuvo seguidores en todas partes, y del que por supuesto aparecieron las versiones en español. De los Americanos  destacaban Chuck  Berry, Bill Haley, Jerry Lee Lewis, Ray Charles, Litle Richard y sobre todo el llamado Rey del Rock, Elvis Presley. En México surgieron de la talla de Enrique Guzmán, César Costa, y varios grupos como Los Ten Tops, Los Rebeldes del Rock y Los Locos del Ritmo entre otros.

Raúl, Paco y Tony, eran amigos adolescentes que cursaban el año previo al ingreso al Bachillerato. Estaban reunidos en una Tienda de abarrotes en donde existía una Rockola, para escuchar los discos mediante el depósito de una moneda. Se divertían  sanamente oyendo música y tomando limonadas. Raúl era delgado, de pelo lacio, ojos observadores y muy carismático. Paco que parecía el de mayor edad, de pelo muy negro, con patilla y bigote incipiente, tenía algo de nociones de Box. Por su parte Tony era el más robusto, con pelo ensortijado y ojos pequeños pero brillantes. En la conversación que  sostenían, resaltó que por la noche habría una fiesta de cumpleaños. La hermana de Tony era la festejada, y por supuesto este les hizo la invitación. Se despidieron y quedaron de verse a las ocho de la noche en la casa de Tony.

Raúl y Paco se hicieron presentes a la hora convenida. Al entrar a la amplia sala de la casa de Tony, se dieron cuenta de que ya había mucha gente. Se oía la música de moda, los jóvenes bailaban, y había un pastel en una mesa y bebidas de limonada en otra. Cuando el aparato tocadiscos emitía el Rock de la Cárcel  cantada por Elvis Presley, todos incluidos los amigos, pidieron un baile a las muchachas que ahí sentadas esperaban. Al rato todos bailaban excepto Raúl que no decidía con quien bailar. Sus ojos recorrían a varias jóvenes, se fijó en una de ellas con más insistencia. Era Ángela, una chica muy bonita, sonriente y extrovertida. Él le pidió bailar y ella accedió. A las pocas melodías, iniciaron a dialogar sobre nombres y actividades de ambos. Se conocieron  y se agradaron, y con esto dio principio una amistad que termino en noviazgo.

Después se veía a Raúl visitando la casa de Ángela, sosteniendo largas conversaciones y sanas caricias. Raúl  se sentía muy contento con esa novia de lindos ojos, sonrisa muy agradable y platica interesante.

Los días transcurrieron tranquilos, y los amigos seguían visitando la tienda para escuchar música ,y tomar limonadas. Sucedió que en una ocasión que ellos estaban reunidos  en ese lugar, llegaron tres jóvenes conocidos por sus apodos como, El Elvis Presley,el Choco y el Macarrón. Al primero lo llamaban Elvis Presley por su extraordinario parecido con el Ídolo del Rock; El peinado, las patillas, la vestimenta, su hablado, y sobre todo porque le gustaba cantar las canciones de él, acompañándose de una guitarra. Y había que mirarlo bailar como Elvis, era su doble decía la gente. Por su parte el Choco, diminutivo de Chocolate, quería parecerse a Chuck Berry  otro Rockero famoso. El  Macarrón por su parte, descendiente de italianos se ganó el sobrenombre por ese detalle. Ya estando adentro de la tienda, el Elvis que en realidad se llamaba Romualdo, se dirigió a Raúl y le preguntó -¿Así que tú eres Raúl, el novio de la preciosa Ángela?-.-Si yo soy- le contesto.

-Pues mira quiero saber que fue lo que vio en ti para preferirte en vez de a mi-.-Mírame decía, yo soy casi el doble de Elvis, guapo y hasta canto-.-Tú en cambio estas flaco, muy  feo y sin gracia. ¿Qué te miró?.Raúl le contesto –Mira yo no sé qué te traes conmigo así que mejor parale-.Y si quieres saber porque me prefirió pregúntale a ella-.Los amigos de Raúl se pusieron tensos y prestos a actuar. Entonces intervino el Choco que le dijo a Raúl. –Mira chavalito, mi amigo el Elvis está muy dolido porque la Ángela no lo pela.-El es casi un artista y ninguna mujer se le ha resistido, y esto que está pasando lo tiene muy triste.-Así que mejor déjala, no quiero ver sufrir más a mi amigo. El Elvis que había permanecido callado y con la cabeza agachada, parecía llorar. Su ego estaba lastimado y no podía creer que Ángela, lo rechazara por un adolescente sin chiste. Casi al grado de la desesperación le dijo a Raúl.-Si no la dejas tendré que golpearte. Esto fue suficiente para que Paco, que como decíamos tenia nociones de box, se abalanzara sobre el Elvis, solo que lo interceptó el Choco y se trenzaron en una pelea. Golpes con las manos de todo tipo salieron a relucir. Unas veces el Choco estaba en el piso y otras  veces Paco. En lo más encarnizado de la pelea, que dicho sea de paso ganaba Paco, intervinieron El dueño de la Tienda y otras gentes para separarlos. No les quedó más alternativa que retirarse. Los tres agresores salieron blasfemando y diciendo que se las pagarían. El Macarrón decía tonterías como que le avisaría a la mafia Italiana. El Choco por su parte muy pálido, saco su peine que siempre traía en la bolsa de la camisa para peinarse el pelo, todo enmarañado por la trifulca. El Elvis solo los miró con desprecio.

Por la noche Raúl al platicar con Ángela, le pregunto sobre el Elvis. Ella le contestó que si lo conocía pero que no le hizo caso por mujeriego. Que a fuerza quería bailar y que fuera su novia. Que ella lo rechazo, y ese era su coraje.

Pasaron los días y Ángela y Raúl siguieron su noviazgo, tranquilos y sin problemas.

Poco después supieron que El Elvis, andaba de novio con una muchacha parecida a una artista Mexicana llamada Angélica María.

 

J.JESUS IBARRA RODRIGUEZ.

Derechos Reservados.

México.2012.