LA MUERTE Y LA VIDA
Creí que me destruiría lo inmenso y lo profundo,
con mi pena desnuda sin contacto y sin eco,
en mi prisión de puertas vírgenes.
Como un muerto sensato que había sabido morir,
un muerto coronado solo de su nada.
Me tendí sobre las olas absurdas del verano,
absorbido por amor a la ceniza,
la soledad me pareció más viva que la sangre.
Quería desunir la vida,
quería compartir la muerte con la muerte,
entregar mi corazón vacío a la vida.
Borrarlo todo, que no hubiera ni vidrio ni vaho.
Nada delante, nada detrás, nada entero.
Había eliminado el hielo de las manos juntas,
había eliminado la osamenta invernal
del voto de vivir que se anula.
La juventud reanimó el fuego,
cedió la sombra, el frío aquí abajo se llenó de estrellas
y se cubrió la tierra
de la carne clara, y me sentí ligero.
Viniste, soledad vencida,
tuve una guía sobre la tierra y supe
dirigirme, me sabía sin medida,
adelantaba y ganaba tierra y espacio.
Iba hacia la luz.
La vida tenía un cuerpo, la esperanza tendía sus velas,
provisora de miradas confiadas para el alba,
de la noche surgía una cascada de sueños.
deslumbrando reposo remplazaba el cansancio,
amaba el amor en mis primeros días.
Los campos están labrados, las fábricas resplandecen,
el trigo hace su nido en una enorme marea.
Las mieses, la vendimia tienen muchos testigos.
Nada es singular ni simple.
El mar está en los ojos del cielo o de la noche,
el bosque da a los árboles seguridad,
los muros de las casas tienen una piel común.
Los caminos siempre se encuentran.
***
Alejo Urdaneta
Comentario
Un placer leer tan inspirado poema --
Querido Alejo,
Gracias por este poema tan superior
Ernesto
La vida es tan sorprendente y misteriosa. A veces cuando apenas respiramos e aleteo de la vida , sucumbiendo, helados, desvestidos de ilusiones, surge una explosión milagrosa que nos levanta y nos enbarca en un nuevo camino.
Magnífico poema mi querido Alejo
Hoy un clic en Me gusta. Luego volveré a dejar mi opinión en relación a tu creación literaria, mi estimado Alejo. Todo lo que compartes merece una mirada analítica, querido Amigo, pues, tu aguja teje con tino y singular profundidad un tapiz siempre preñado de colores variados y fascinantes. Agradezco compartir.
Tú viniste y se reanimó el fuego,
Cedió la sombra, el frío aquí abajo se llenó de estrellas
Y se cubrió la tierra
De tu carne clara y me sentí ligero.
Viniste, la soledad fue vencida,
Tuve una guía sobre la tierra y supe
Dirigirme, me sabía sin medida,
Adelantaba y ganaba tierra y espacio...
Y se hizo la luz, la esperanza resurgió y dispuso la fértil lozanía del ensueño y sintió eclosionar al universo en el más puro amor, ese que cruza los caminos e hilvanan senderos que al final han de encontrarse para bien y por sus bondades.
La vida siempre obrando en su albedrío, para conciliar fieles encuentros, acariciar en tempestades y valorar lo humano con la intensidad del espíritu.
Bello aporte nos besa la espiritualidad que atraviesa los sentires para vencer la soledad.
Me ha encantado, mi querido amigo.
Un abrazo desde el alma toque tu corazón.
Muy bello
Gracias
mary
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