La muerte del vecino en tiempos del coronavirus (Relato corto)

La muerte del vecino en tiempos del coronavirus

 

Hoy, ayer, qué importa, ya nada será igual; las manecillas del reloj dejan de funcionar cuando las personas se van, cuando inesperadamente parten de un plano a otro.

 

Todavía me resuenan los gritos desgarradores de la madre que recibió la trágica noticia:

̶¡Está muerto, está muerto!    ̶ gritó con dolor, hasta yo, su vecina, me cimbré al escucharla.

̶ ¿Qué?, ¿¡qué pasa!?, ¿¡quién está muerto!?  ̶ gritó el padre, desde el patio trasero que da a mi ventana

̶ ¡Está muerto, está muerto, mi hijo está muerto!

 

Los padres son oriundos de Ciudad de México. Suelen comunicarse a “gritos”, ya que se escucha todo lo que platican: a la hora de la comida, cuatro en punto; los fines de semana en el desayuno, a las once, o bien a las diez de la mañana, cuando van a tener

un evento especial. El joven solía empezar sus reuniones los jueves, o incluso de miércoles a domingo. Cuando las hacía de viernes a sábado, era un gran descanso para mi y para los moradores de alrededor. En una ocasión vino un vecino, que acababa de comprar su casa a cuatro casas de la mía. Se quejaba de no poder dormir, de que tenía que levantase temprano para ir a trabajar. Firmamos varias cartas entre los vecinos, para llevar la queja ante las autoridades, mas no dio resultado, ya que solo unos días permanecía la calma, después volvía todo a ser como antes. Recuerdo que la casa del hoy finado, también estaba en venta, se tardaron dos años en remodelarla a su gusto; le hicieron acabados muy finos por dentro y por fuera de la casa; incluyeron una salita para juegos con una mesa de billar, la cual usaban muy poco, pues solo en ocasiones escuché el golpeteo de las bolas; también, un salón especial para fiestas, con una gran pantalla de televisión y un karaoke. Solían escuchar canciones populares como: “querida” de Juan Gabriel, y muchas otras que no sé su nombre, pues nunca fueron de mi agrado, ni tampoco variaban el repertorio. Los invitados cantaban toda la noche o sino bailaban con algarabía: arriba las manos, ahora bájenlas, ahora la culebrita… etc., así fue durante cuatro años. A lo largo de ese tiempo, el hijo estudiaba en la universidad, sus compañeros, a juzgar por las voces eran los mismos de siempre. Los padres también solían tener sus festejos; ya sea que celebraban algún cumpleaños, en los que no podía faltar el mariachi cantando las mañanitas; o las reuniones de fútbol, en las que se escuchaba GOOOOLLLL; las tardes con los compadres, los cuales venían a visitarlos desde Ciudad de México; las cazueladas, que terminaban en borracheras. Dentro de toda la carga emotiva que despedían, mis vecinos no eran felices. Aterrador fue escuchar cuando se insultaron el uno al otro; ella lo acusaba de ser machista. Después de pelearse, la esposa se desaparecía por días, llegué a pensar que aquella relación iba a terminar en divorcio. Cuando ella no estaba, a él le gustaba traer damas de compañía Desde el balcón podía ver sus gustos por las mujeres rubias, de ojos azules, fumándose un cigarrillo juntos; en cambio, su mujer es morena clara y de cabello muy negro.

 

Pensé que por el coronavirus iban a guardar cuarentena, lo hicieron por quince días, después llegaron visitas y poco a poco, ya tenían ambiente de nuevo. Apenas cinco días atrás, el muchacho celebró su cumpleaños. Me extrañó que no siguieran toda la semana, como solían hacerlo. Hoy domingo lo escuché a las once de la mañana, como siempre risueño, bromeando a la hora el desayuno. A las dos de la tarde el cielo empezó a retorcerse, los relámpagos, muy cerca de las casas, no dejaban de rezumbar en el cielo, soleado y con escasas nubes, como si tuviera un parto en seco, sin el agua de la fuente. Después escuché de la tragedia. Desde entonces siento un dolor en el pecho y un nudo en el estómago…La muerte es un relámpago que detiene el tiempo, pero deja el flash, en los instantes que se captura una sonrisa espontánea, y quema y duele.

Gloria Rios Ayzú

Kokul ‘al Quetzalcóatl

México

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Comentario

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Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 13, 2020 a las 3:13pm

 Muchas gracias amigo Juan

Me alegra que te haya gustado mi relato

Abrazos

Kokul 'al


PLUMA PRÍSTINA
Comentario de Juan Pedro Ribas Vlahovich el agosto 13, 2020 a las 11:39am

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Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 13, 2020 a las 7:30am

Muchas gracias amiga Beatriz por pasar y comentar.

El relato queda abierto para que el lector saque sus propias conclusiones, pretendo hacer que el lector reflexione acerca de la muerte, de la vida que llevamos como familias, como sociedad y como individuos que somos; el covid 19 es solo el escenario que nos engloba a todos en estos momentos, como podría ser cualquier otra situación, endémica o no.

Me alegra que te haya atrapado este pequeño relato

Gracias nuevamente 

Abrazos

Kokul 'al

Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 13, 2020 a las 7:19am

Muchas gracias María por tu comentario.

Tienes toda la razón, en tiempos de pandemia debemos cuidarnos,

hay mucho asintomático por allí.

Me sorprende y no me sorprende la inconsciencia

de muchos, ya que México sin duda es un país surrealista, está en su gente, en su cultura,

lo que es extraño en otros lados aquí es normal, algunos salen por necesidad, otros porque

les pesa estar consigo mismos.

Abrazos

Kokul 'al

Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 13, 2020 a las 7:08am

Muchas gracias amiga Rosa Elizabeth por tu comentario.

Tienes razón la muerte es muy desesperante

y cuando tenemos hijos jóvenes se nos parte el corazón, pues siento que 

se cuartó su derecho a vivir, a experimentar un futuro que solo se vive con el día a día.

Abrazos

Kokul 'al


PLUMA MARFIL
Comentario de BEATRIZ OJEDA el agosto 13, 2020 a las 1:56am

Me ha atrapado tu relato. Muy bien contado. No sé si murió por el covid19. Aunque la vida que llevaba no era ciertamente muy saludable.

La muerte llega siempre sin aviso y en cualquier momento.

Si en la mañana estaba riendo, no tenía ningun síntoma, no pasó por momentos de internación. Sólo estoy pensando. Lo que si es impactante, es que de un rato a otro pasó a otra dimensión.

Me atrapó tu relato. Gracias querida Kokul


PLUMA BRONCÍNEA
Comentario de Maria Oreto Martínez Sanchis el agosto 13, 2020 a las 12:01am

Sí, mi querida Gloria, has plasmado en este relato lo que suele pasar si no se cumple con las medidas propuestas por la OMS: Distancia de seguridad, no aglomeraciones y mascarillas . En casa de tu vecino no las cumplieron, pero es que, además, el hecho de hacerlo no nos salva la vida, sólo nos da mayores posibilidades. Laments el fallecimiento. Un placer leerte.

Un abrazo y cuídate 


PLUMA MARFIL
Comentario de Rosa Elizabeth Chacón León el agosto 12, 2020 a las 10:30pm

Hermoso profundo y del diario vivir. Un relato que trae tristeza al alma porque como vecinos, nos duele el alma sentir su tristeza cuando se pierde un hijo. NO hay nada mas desesperante que la muerte.

La reuniones e irresponsabilidad de los participantes conlleva a drasticas medidas en este momento de pandemia y si no seguimos las reglas, pagamos con nuestras vidas.

Muy reflexivo.

Gracias y buenas noches.

Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 12, 2020 a las 8:06pm

Ya no se sabe en estos tiempos que es lo que pasa

con las familias y los jóvenes. Me preocupa mucho.

Yo pude sentir el dolor...ahora ellos,,, terrible!!

Gracias por comentar

Abrazos

Kokul 'al

Comentario de Gloria Rios Ayzu el agosto 12, 2020 a las 8:03pm

Así es amiga Delia, es una tristeza. La muerte no se le desea a nadie.

Abrazos

Kokul 'al

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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