“La vida tiene dos caras. A veces nos ilumina y otras veces nos maltrata.”
La cara oscura de la vida.
¿Por qué temerle a la muerte si la vida es la villana?
La que nos hierve en su olla
cada vez que lo programa.
La muerte es una gran dama que nos salva de sus garras.
Solo nos lleva en sus brazos
cuando la vida arbitraria
nos ha empujado con saña hasta dejarnos vencidos
colgados de sus engaños.
La vida es una rufiana que recoge con sus garras
los restos de nuestro extracto.
Es un camino tortuoso
vestido con las huestes de rocas adiestradas
para obstruir el paso
de nuestro andar humano.
Es la vieja mandrágora deglutiendo sin asco
los amores que habitan en la entraña entusiasta.
Camina por el mundo buscando alguna presa
para posar en ella
sus manos putrefactas.
Es una sanguijuela que arruga nuestro espíritu
con sus flores amargas.
Es el arcano inhóspito que nos presta su estancia
elucubrando ideas para horadar el alma.
Cuando llega el momento de ser una bengala
ella se desenfrena
y enloda nuestro pecho con traiciones profanas.
Apenas nos permite un instante de dicha y luego nos expulsa
hacia el negro cubículo
adonde las serpientes nos muerden los cordones
hechos de sol y luna.
Nos despeña al abismo
allí donde hibernamos carcomidos de frío.
Ilusiones
amores
besos correspondidos
sueños de abecedario contemplando primicias
se transforman en mantos de oscuras emociones
cuando ella nos lanza su cuchilla sarcástica.
Unos meses vivimos en un lecho de calma
y cuando la esperanza comienza a balbucear
sus mágicas palabras
la inmunda mano estíptica se solaza
consumando
su farsante gestión.
La muerte es una gran dama
que se presenta un instante
y nos lleva silenciosa sin hacernos ningún daño.
No es ella la responsable del mal
que se manifiesta en los años que habitamos
vistiendo traje de guerra.
Esa guerra que nos reta a empuñar cien mil espadas
para enfrentar a la vida
que nos acosa con saña.
Como majestad piadosa
admirada
y añorada
le rendimos pleitesía por donarnos su prestancia.
¿Por qué temerle a la muerte
si la vida es la que tiene el gobierno de la opción?
Beatriz Ojeda
Derechos Reservados
Comentario
Mi querida Betty: yo no creo que los niños de Africa, los que mueren de hambre porque no tienen que comer, hayan tomado las espinas de la rosa. Ellos no pueden lamentarse por haber escogido esa vida, no, no la escogieron. No sé a qué vinimos a este planeta, ni adónde vamos cuando morimos.
No sé por qué hay tantos humanos despojados de lo más elemental
Tampoco sé por qué hay tantos enfermos psiquiatricos. Yo trabajé en algunos hospitales con ellos. Trabajé con tuberculosos, con jóvenes con intenciones suicidas, con niños con dificultades de aprendizaje ( cuando hablaba con ellos descubría un mundo tan tenebroso que sólo me acercaba y los abrazaba.) Hay tanto dolor en esta tierra. y eso es la vida.
Por supuesto que tú puedes opinar diferente, tú eres tú.
De todos modos Gracias infinitas.
El título del poema es : La cara oscura de la vida, lo cual indica que también tiene una cara luminosa, a la que también le he escrito un poema.
Daría para una discusión enorme.
Yo no creo en el Dios de ninguna religión. No me amparo en la idea de que allá arriba vamos a estar en paz.
Todo eso es una creencia, porque no hay ninguna prueba de que así sea.
Cuando veo esos niños esqueléticos se me hace un nudo en la garganta.
He vivido muchas historias terribles en el transcurso de mi vida. He vivido en el campo, en ciudades uruguayas y también en Argentina. He tratado con personas muy pobres y con personas millonarias.
No he encontrado mucha gente feliz y con la rosa fresca y sin espinas.
Me alegro muchísimo que la vida haya sido bondadosa contigo.
Gracias por tu comentario tan comprometido
Querida Delia: vi morir a mi madre y vi todo el sufrimiento que sintió. Aún sabiendo que sólo le quedaban unos días y nada podía hacerse, la llegada de la muerte para nosotros fue un alivio.
Tenía 95 años y no era justo sentirla decir ¡ Qué Horrible! No sé que sería lo horrible que vivía pero no voy a olvidarme nunca de su dolor.
Gracias infinitas por tu ddestacado
Abrazos.
Mi querida Liliana, si, no nos enseñaron ni siquiera a envejecer.
Cuando somos más jóvenes y estamos con todo el caudal de energía disponible, no pensamos en los viejos y creemos que los que mueren son los otros.
Luego, tomamos conciencia de nuestra propia finitud. Y no todos los viejos tienen un hombro donde cobijarse.
Gracias mi querida
Muchas gracias mi querido Benjamín por tu comentario.
Abrazos
Muy razonable , la vida es mucho mas cruda que la muerte, el gran problema es que no nos enseñaron a morir ,que en realidad todos morimos pero en distintos momentos u de distinta manera.
Felicitaciones!
mary
La muerte es una gran dama
que se presenta un instante
y nos lleva silenciosa sin hacernos ningún daño.
No es ella la responsable del mal
que se manifiesta en los años que habitamos
vistiendo traje de guerra.
Esa guerra que nos reta a empuñar cien mil espadas
para enfrentar a la vida
que nos acosa con saña.
Muy sabio tu poema, Beatriz. Y sí, cuesta aceptarlo, pero la muerte es compasiva... nos envuelve con su manto de silencio y nos da la oportunidad de descansar de la existencia y su diario trajín. Me encantó tu poema, pleno está de grandes verdades y unas imágenes insuperables. Admiro la profundidad de tu poetizar.
¡Felicitaciones y gracias por tan valioso aporte a OME!
¿Por qué temerle a la muerte
si la vida es la que tiene el gobierno de la opción?
¡Excelente final mi querida y admirada poeta!
La muerte es parte de la vida. Y bueno, para mi la VIDA me da una rosa y ya es cuestión mía si la tomo de su tallo con cuidado, de sus pétalos puedo deshojarla lo que me dice que de ahí no la cogería; como la puedo coger de sus espinas y herirme. Ahora sino cuidara esa herida, de hecho se me va a infectar y hasta pudiera perder mi mano derecha y tal vez hasta todo el brazo, en mi caso soy diestra.
Siendo objetivas ¿le echaría la culpa a la vida? En mi caso, no es así mi querida ADMIRADÍSIMA POETA. Yo le estoy muy agradecida a la vida por haberme dado una hermosa rosa!
Mas, soy consciente que otras personas si, la han cogida por las espinas y se lamentan haber sido objeto de un regalo en flor; porque dicen que "sino le hubieran regalado esa flor, ellos no estuvieran infectados" y en cierto modo, tienen algo de razón. Pero la ofrenda de la rosa, desde que nacemos nos la dan querramos o no.
Gracias mi querida poeta, tus letras son intensas y muy expresivas, lo que ratifica tu admirable trayectoria.
Desde luego, escribimos y nos sale del corazón, basadas en nuestras propias experiencias, en ese contexto te doy la razón, haciendo hincapié que es tu experiencia, no es general.
Te abrazo y felicito tu variado y selecto léxico, muy buenas metáforas! La vida ciertamente es para lucharla!
Besos
¡Excelente poema, Beatriz Ojeda!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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