INFANCIA Y ADOLESCENCIA EPISTÉMICA DE LA CIENCIA
Ciudades neurotransmisoras del cerebro humano,
cuál maravilloso instrumento cognitivo y predictor,
quien monitorea todos los circuitos, los movimientos
y las mónadas del pensamiento alteró céntrico y periférico.
Sin embargo,
el hombre es una hormiga minúscula y pequeña por debajo del sideral universo,
que la inteligencia presume sus logros y hazañas,
pero su ciencia aún duerme entre pañales milenarios y avances desacelerados
frente a otras posibles civilizaciones alienígenas.
En unos terrenos, ¡a pasos agigantados!,
con las patas peludas y veloces de un avestruz correcaminos,
sus avances son notorios.
En la medicina y la genética,
algunos enigmas y ecuaciones resueltas,
cual cosmos, cuya travesía casi inexplorable, hoy en día.
Pero en el otro extremo, a pasos de tortuga híbrida y lerda camina con los siglos retardados,
que la edad media congeló la investigación y el pensamiento crítico.
¡Cuantos siglos perdidos!
Aún lejos de la colonización espacial,
ni los agujeros negros que devoran galaxias y planetas
aún de sus nociones carecemos, y de su conocimiento aún insuficiente.
¿Si es verdad que existen los universos paralelos?,
¿Que otras grandes fuerzas gobiernan el universo?
¿Y que hay de la velocidad de la luz desglosada y reactualizada?
¿O si aflora alguna vida microscópica que borbotee y pulule en algún cuerpo celeste?
¿o algún destello de inteligencia viva que brille en los confines del cosmos?
¿Que si las enfermedades terminales le fueron encontrados la cura definitiva?
Y si existen ya armas biológicas o físicas para suprimir la vejez y contener la muerte?
¡Oh la ciencia casi siempre es un vehículo de nobles aspiraciones y traiciones!
Cuando llegue el día en que el mundo busque evacuar,
de este hermoso y bello hábitat que fue nuestro hogar geológico,
¡los poderosos salvarán sus vidas!
y nosotros esperaremos de píe desplomarse y colapsar este amado planeta,
y estallar con él, ¡en mil pedazos para siempre!
Autor:
Jorge Alberto Espinoza Quezada
DNI 08155310
Perú
Comentario
Yo pienso que a la hora de hundirse el universo, si es que algún día sucede, ni los poderosos con sus millonarias sumas de dinero, pondrán salvarse.
Si bien es cierto hablan de seres extraños que están observando nuestro planeta, ALGO debe HABER que no les permite estar aquí, yo lo comparo con el hombre que bucea al fondo del mar... ¿podrá el hombre algún día vivir ahí abajo? No podrá jamás, haga lo que haga, no podrá vivir en el fondo del mar.
Cada cuerpo tiene su respectivo espacio.
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