Sufro por los niños privados
del néctar blanco mientras
éste se derrama del pecho materno...
¡Cuánto potencial nutricio
robado a sus destinatarios!
¡Cuánta ternura perdida!
Me duelen los ríos rumorosos,
recorriendo nuestro paisaje
con el horror de su carga letal...
¡La tierra violada y ultrajada
por las explosiones mineras!
La geografía depredada...
Tengo una herida abierta
por el exterminio animal,
por la marea negra,
tumba de tantas especies...
Por las pesqueras realizando
su tarea sin amor ni mesura...
Me llena de desolación el paisaje yermo,
el bosque convertido en ceniza,
el desbroce de la tierra
y el agua furiosa arrasando
todo a su paso...
¡Qué impotencia la lluvia
ácida en las ciudades!
El tronar de los motores,
la nube negra buscando el cielo,
la respiración quejumbrosa
de los niños por el envenenado aire...
Señor, me pregunto...
¿será posible que el Hombre
gane en conciencia y amor
para crear un Nuevo Amanecer?
Delia Checa
de mi libro “Poesía”
Mendoza, Argentina
2014
Comentario
Muchas gracias, Kin.
Y las generaciones futuras tendrán derecho a reclamarnos
por haber arruinado el lugar que tenían para vivir.
Haber depredado el planeta de esta manera es un crimen imperdonable.
Un abrazo, amigo.
También mis heridas sangran por el infierno que se ha convertido la tierra, por el futuro que no queremos ver,por la injusticia que hoy lo abraza todo,por las esperanzas muertas de la tierra, por los niños, porque ellos verán la tierra convertida en un desierto,por las promesas no cumplidas, por eso, por eso...Abrazos Delia
Muchas gracias, Ma. Beatriz.
Es el primer grado de consciencia,
el 2° grado es actuar en consecuencia
de lo que detectamos cuidando esta naturaleza
no depredando y ejecutando las prevenciones adecuadas y el
3° será revertir todo el daño causado con las medidas pertinentes.
Hay gente que realmente no llega a ese primer grado de consciencia.
Saludos fraternos.
Tengo una herida abierta
por el exterminio animal,
por la marea negra,
tumba de tantas especies...
Por las pesqueras realizando
su tarea sin amor ni mesura...
Es el MUNDO que hemos transformado mi querida Delia; y de alguna forma TODOS estamos involucrados en esa transformación, directa o indirectamente, dándonos cuenta o no. Son tantas las formas como desdibujamos la belleza de mundo que Dios nos dio, que cuando vemos el exceso de las consecuencias nosotros mismos nos asombramos!!
Lamentablemente nada sacamos teniendo pena, tienes pena tú, tengo pena yo, todos tienen pena. La situación está llegando a mayores. Y no nos vamos a pasar la vida teniendo pena, la pena no resuelve nada.
Es como cuando nuestra casa está sucia, cierto tenemos pena: los enchufes no funcionan, las paredes están despintadas, la ropa amontonada percudiéndose. ¿Qué debiéramos hacer? Porque llegará el esposo y al ver la casa sucia, contestaremos pasa que tengo pena que todo esto esté así?
El hombre no ve al mundo de esta manera, lo ve como algo ajeno a sus realidades. Por eso se pronuncia: Tengo pena que hayan guerras, tengo pena que hayan niños desnutridos, tengo pena que el aire esté contaminado, pena de los migrantes; y tengo pena, pena, pena y seguiremos eternamente con pena. Y mientras nosotros nos pasamos la vida llorando nuestras penas, se va acumulando más y más la basura y el desorden que a la larga llega al deterioro y a la destrucción...
No creo que teniendo penas se solucionen los cambios que se están dando.
Muchísimas gracias mi querida Delia, es un poema para pensar y de una vez ¡DESPERTAR!
Un abrazo
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