FRAGMENTADA SOLEDAD
Aquí estás, etérea, una vez más, como ayer,
como mañana, como siempre;
removiendo los recuerdos con tu voz
e invocando aquel pasado con la delicada certeza de tu mirada.
Y al cerrar mis ojos tu imagen de agua y humo se anuda a mi ya decrépita memoria
y a los besos rojos que dejaste dispersos en el reverso de mi piel...
y te veo tan clara como lo fue nuestro amor en aquellas noches de turquesas
que vivimos en otro tiempo; en otra vida...
cuando nuestras desarraigadas soledades se hicieron compañía.
¡Y en un instante vuelves a ser mía
y te regalas toda al sutil roce de mi cálido aliento!
Aquí estás, etérea,
entre mis rugosas manos que acarician la fragilidad del cristal de tu hermosura.
Y al mirarte mis ojos se embellecen con la mágica presencia de tu silueta exquisita
y delicada como lo fue la flor que te entregué en el ocaso de nuestras lejanas madrugadas.
No eres recuerdo, ni olvido ni nostalgia;
eres presente vivo que brinca con gozo en mi corazón
que espera paciente por ti una eternidad nueva.
Eres el aire y el mar y el sol... mi aire, mi mar y mi sol.
El tiempo pasa lerdo y mi cuerpo envejece presto...
tú sigues estando en mí,
encerrada conmigo en mi fragmentada soledad.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
Derechos reservados.
Comentario
Iris,
Gracias por visitar y leer este poema.
Saludos y bendiciones!
"...No eres recuerdo, ni olvido ni nostalgia;
eres presente vivo que brinca con gozo en mi corazón
que espera paciente por ti una eternidad nueva..."
Hermosa prosa poética
perlada desde lo más recóndito
de tus sentimientos.
Un amor verdadero
nunca será recuerdo, menos olvido,
acaso sea nostalgia en cada presente.
FELICITACIONES estimado Carlos Eduardo.
Delia Pilar,
Agradezco mucho cada una de tus palabras.
Saludos y bendiciones!
María Beatriz.
Gracias por tus amables palabras para este poema.
Te saludo con gusto y espero pronto ponerme al corriente con la lectura y comentarios de los poemas que han publicado los compañeros.
Bendiciones!
Aquí estás, etérea,
entre mis rugosas manos que acarician la fragilidad del cristal de tu hermosura.
Y al mirarte mis ojos se embellecen con la mágica presencia de tu silueta exquisita
y delicada como lo fue la flor que te entregué en el ocaso de nuestras lejanas madrugadas.
Bello y romántico,
¡realmente una belleza de poema!
Me fascinó. Felicitaciones, Carlos.
No eres recuerdo, ni olvido ni nostalgia;
eres presente vivo que brinca con gozo en mi corazón
que espera paciente por ti una eternidad nueva.
Eres el aire y el mar y el sol... mi aire, mi mar y mi sol.
El tiempo pasa lerdo y mi cuerpo envejece presto...
tú sigues estando en mí,
encerrada conmigo en mi fragmentada soledad.
¡Lindísimo final de este maravilloso poema Carlos!
Y siempre he dicho cuando el recuerdo lo traemos al presente, no está en el pasado, no está yerto, no está en el olvido, ESTA VIVO LATIENDO EN NUESTRO PENSAMIENTO; y cuando un AMOR ha sido intenso, bastante significativo seguirá con nosotros, aunque la/el protagonista de nuestro recuerdo haya muerto.
¡Precioso me encantaron estas letras romantiquísimas, como dicen "me erizaron la piel"!
Un abrazo
Felicitaciones!
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