FLORES, ABEJAS, JARDINES

[Beto Brom]

 

 

 

La acción transcurre en decenas de jardines diseminados por doquier, durante las horas del día, e inclusive, aunque parezca raro, a veces en altas horas de la noche.

En dichos jardines en los que las flores, plantas y demás miembros del mundo botánico nos brindan colores, matices y fragancias diversas, y que su sola presencia nos embriaga de tal manera que nos incita a redactar un cuento, compaginar una poesía, y hasta entonar una canción de amor.

Pero no a estos personajes hoy me quiero referir, sino a aquellos otros pertenecientes al mundo animal, o más propiamente a los insectos, específicamente las abejas.

Esas hacendosas ejemplares, que toda su cortas vida la dedican al trabajo, esmero y a la producción. Ensimismadas en cada flor, con la finalidad de extraer esos minúsculos granitos del codiciado polen tan indispensable.

Succionan aquí,  succionan allá , pero… Oh!   No en todas las especies Su elección no es pareja, ellas hacen su distinción. No deja de llamar la atención pues a simple vista, cuando observamos desde lejos, quizás por no querer molestar, no nos acercamos demasiado…nos parecerían todas lindas, agradables y por consiguiente vistosas. Pero para estas expertas no hay engaño posible, sólo entran y actúan donde lo creen conveniente.

Además, existen algunas especias de flores, muy especiales, o mejor dicho muy inteligentes, que permiten las “visitas” de estas obreras hacendosas, aun sabiendo que les extraerán el anhelado tesoro, para aprovechar el momento en que aquellas están ocupadas en su labor, para depositar sobre las dulces intrusas pequeñísimas partículas que, al volar, lograrán sin siquiera quererlo, esparcir por el aire, cayendo luego al suelo y así continuar el desarrollo de la especie. Como dice el viejo refrán, “ayúdame a mí, yo te ayudaré a ti”.

No deja de ser menos interesante el hecho de que, cuando nuestras amiguitas las abejas regresan a su colmenar, aprovechan al máximo lo extraído de las amables y consecuentes flores, para finalmente elaborar el delicioso y sabroso manjar que es el deleite de todos.

Otro detalle que nos asombra es que encontramos algunos tipos de flores que no obstante por su apariencia externa, se ofrecen hermosas e inclusive llamativas, las abejas revolotean a su alrededor, pero influenciadas por un congénito instinto, no se acercan demasiado, y por ende no “entran” a visitarlas. Aquí me refiero a esas pseudo-flores que tratan de adornar tal o cual planta o arbusto, y no son capaces de engañar a una simple abejita.

La indispensable agua, evitar el crecimiento de yuyos, fertilizantes, abono, fumigación, son elementos necesarios para lograr convertir los jardines en esplendorosos y que brinden placer a sus dueños y a todos aquellos que los visitan.

Hay aquellos otros que se encuentran a la deriva, sin cuidado, ni atención alguna. Especialmente carecen de amor, pues no es suficiente tener un jardín y creer que con un poco de suerte, quizás consigan como premio una flor. Pues serán de aquellas que aunque de lejos pareciera que resplandecen, no recibirán siquiera la visita de una pequeña abeja.

La pregunta obligatoria… ¿Cuántas personas se asemejan a tales jardines?

 

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*Registrado/Safecreative N°1902109912170

*Imagen de la Web

*Música de fondo: El jardín secreto/Carlos Damián Gil

[Maria Mamihega]

Me encantó, no solo por exponer el gran trabajo de las abejas, esta especie tan importante para toda vida sino por la bella metáfora de comparación que nos lleva a la reflexión de nuestro accionares humanos.

ME ENCANTÓ.

Un abrazo

[Nolbert]

Yo creo que las personas que tienen una similitud con esos jardines

nefastos, son nuestros políticos, sobre todo los latinos.

Bonita enseñanza nos dejas sobre el apicultor trabajo

de las abejas, amigo Beto.

Recibe un cariñoso abrazo.