De estudiante yo soñé,
a la mujer adorada,
la que no me correspondió,
por que yo no era nada.
La que siempre se negó,
a entregar su corazón,
al estudiante sin amor,
que sufrió por su pasión.
Me decía en ese sueño,
yo te quiero vida mía,
se pasaron los minutos,
los relojes no miramos.
Desperté entre alegre y asustado,
el dulce sueño finalmente terminó,
no podía creer todo lo que había soñado.
Cuando ya me despejé,
quería tener otro sueño,
para volver a sentir el placer,
de que yo de ella era su dueño,
La tierna noche permitió
que reviviera el momento,
cuando ella me correspondió.
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