Éramos
manos,
vaciamos las tinieblas, encontramos
la palabra que remontó el verano:
flor.
...desde el origen y en cueros de estirpe
la mansa y arroyada cartografía
dictaba navíos y arribos al solitario Edén
mientras palpitaba la ahogada dicha.
tú también borrabas las horas en cada hora
transitabas con avidez la tierra de todos
los colores. allí empezó a desmantelarse
en negro carbón tu anhelada ilusión.
muele. duele la más ajena brisa y demuele.
Te sofoca la jungla y quieres nombrarla
con poemas sin raíces. para no olvidarla.
no soportas la negra tinta en bocas de cemento
abiertas a balas y púas y forzadas a la noche vil
y el primer frío de las primeras orillas desnudas.
te llama el otro lado donde los hijos soplan aún
en índigo su ocaso alambrado.
"Necesito verte hoy 5. Índigo", de Khédija Gadhoum (Túnez, 1959)
Estirpe de tu corazón
son las notas
de tu poesía;
tu corazón es un soneto...
Aún en Índigo,
repelo tus reclamos,
reclamos poéticos,
sí,
pero reclamos a fin de cuentas
que significan lo mismo
que una promesa
de abandono.
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