Pasas al frente con tu poema y tus botas:
Dicen tus rodillas más que la ausencia
que me infringes.
La lluvia es un espejo interior y…
aún los charcos de tu indiferencia
me están rodeando.
Sí,
he de cultivar como un jardinero
tus más íntimos presagios o corolas.
Mas todo lo que he imaginado para tu piel
regresa a tu cadáver.
Estoy eliminado
después de la esperanza,
porque la lluvia no,
nunca es una canción,
y sólo va escupiendo en mi cabeza
que intenta revivirte.
De mi libro inédito LA LUJURIA DEL PÉTALO
Derechos de autor protegidos por ley
Comentario
Gracias, Lili Mary, por dejar tu linda huella, abrazos
La lluvia es un espejo interior y…
aún los charcos de tu indiferencia
me están rodeando.
Un bello poema que disfrute leerlo
Gracias
mary
Gracias. Magi, abrazos
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