¿Vas a estar sola?
Yo estoy aquí: te espero
porque me has dado,
debajo de la mesa,
sólo una brizna, un roce, una esperanza.
Afuera el álamo
inventa la neblina,
la garúa sostiene sus ramales
y el simple rocío lo vence
y me doblega.
¿Vas a estar sola, acaso?
Yo estoy con esa brizna que tú me diste anoche,
y ahora me aferro a tales levedades
en el instante en que nunca más serás tan mía.
Te dije sí en aquel papel proscrito.
¿Cómo cumpliré ahora en tu piel
arrinconándote
contra mi lenta sed precipitada?
¿Quieres venir conmigo?
Ya fui tu amigo
y lo que hice fue quererte
en el costado curvo de tu ausencia.
Si pusieras tus manos en mi pecho
sabrías cómo cabalgan los ponientes.
¿Estás sola aún en esa lágrima suspensa
que amenaza con vencer al alba?
Pero debes tomar ahora
posesión de mis íntimos dominios,
intensa diosa del oriente lívido,
quizá después de todo
aprendas a querer toda la lluvia
que viaja con mis huellas a tus prados.
De mi libro inédito LA LUJURIA DEL PÉTALO 2004-2005
Derechos de autor protegidos por ley
Comentario
Gracias, Magi, un fuerte abrazo.
Gracis, Ma. Beatriz por el destacado y por tu bello comentario que me motiva y me complace, abrzos
PONIENTE (occidente) Y ORIENTE son las palabras que más he notado, sin dejar desde luego a un lado todo el maravilloso contenido de tu poema escrito en sensuales metáforas!
Desde luego los latidos de tu corazón están lejos de tu alcance. ¿Puede el alma amante estar sin corazón? SI, es ALMA. Y cuando el ALMA vibra en nuestro pecho con esa erosión sensual de ansiedad, no hay latido que importe, ni carne que interese! Somos un ente levitando en nuestro deseo de ensoñacion y la brizna es " un roce, una esperanza"
Una esperanza de la cual nos aferramos con el delirio profundo de posibilidades bajo las alas de nuestros sueños. Y estamos doblegados por " un simple rocío que nos vence en las tinieblas" de incertidumbre cuyo desespero se pronuncia por momentos en desértica ausencia muriendo de sed.
Yo estoy con esa brizna que tú me diste anoche,
y ahora me aferro a tales levedades
en el instante en que nunca más serás tan mía.
Te dije sí en aquel papel proscrito.
¿Cómo cumpliré ahora en tu piel
arrinconándote
contra mi lenta sed precipitada?
¡Encantadoras metáforas que permiten viajar estas bellas letras donde el poeta canta en su "posesión de íntimos dominios" lloviendo acaso en lejanos prados!
Palmas para ti, mi querido Ronald!
Uf... ¡Miles de gracias!
Abracitos de occidente a occidente
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