¡Tierra de mis plantas!...¿Oídme?

Dime sin urdimbre ni escalas al cielo:

¿Acaso es su pecho hueco...sin fondo?

Siento su metafísica que rebasa

todas las dimensiones moleculares de mi alma,

de esta alma que levita como el ciensayo

que un día quiso besar tu suelo florecido,

pero el avestruz se adelantó en tal debut amoroso.

¡Ay, de este sentimiento mío que se aferra

a un corazón de rocas!

¡Ay, no sé cómo, ni cuándo quedé colocada

en el círculo vicioso del huevo y el pollo!

¡Cómo fui yo la primera en enamorarme

de las yemas de su boca!

¿Por qué su lenguaje de madera fue tan húmedo capaz

de prender el chip del deseo!

¿Por qué si fueron dulces sus besos, finalmente

voló como el águila, dejándome hundida

en este cascarón vacío?

Ahora no soy más que una chiquilla llorona

escribiendo el cuento del huevo fallido que pía:

¡Porque aquí dentro del cascarón no paran mis zollipos!

Y mis ojos ya secos, sáltanles polvillos de estambre

que bordan crisantemos sobre un mapa verde:

 un mapa por donde resbalo, reposo y resucito…

¡Oh, tierra dócil, tierra de mil amores!

dispón tú, ya mismo, sobre las piedrecillas

que a su corazón desnortar,

que caigan deshechas sobre el camino

y como un golondrino de primavera retorne a su nido.

Porque quiero sin visiones ni quimeras besar su perfil:

ojos de mar, voz diletante y besos dadivosos,

¡el cuadro más corpuscular del amor!

 

 

Ciensayo: ave fabulosa

 

Vistas: 45

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…