El paciente retumbo de las copas de los árboles
con sonidos redondos y luces aparecidas
entre sus hojas ensortijadas
(hebras de luz de la resolana)
sube y se desparrama en el espacio
y mis ojos lo apresan
para decirle a los ángeles custodios
esta Paz que me circunda y me sostiene.
Aparece hoy en esta mañana
cuando el polvo le pone gusto a guerra
en la boca de los dicientes del mundo
agazapados por el horror que se avecina
una tristeza y una pena que llena los ojos de lágrimas.
El dolor se descuelga entre la gente.
¡No más muerte!!, se dicen. Aquí entre los destellos del sol
y el compacto verde de los árboles
la Paz me habita. ¡Los ángeles me cantaron Aleluya!!
Los barnices del tiempo se arremolinan en verso.
Hay una hermosa fuerza con Luz que me acompaña.
Liberemos la energía de la mente para que retrocedan
los potros con sus voces roncas.
Los ángeles le dicen no a la barbarie. ¡No no avances rugido de la guerra!!
Es una hermosa fuerza con Luz. ¡Los ángeles me cantaron aleluya!!
Vilma Lilia Osella
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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