LA DANZARINA DEL REY
Era se una vez en Egipto, situado en el extremo nordeste de África, esconde muchísimos misterios y secretos en sus monumentos, templos, pirámides y hasta en sus ruinas. Hace muchos años existía, Egipto un país único en su clase existía un rey llamado Arsenio era hijo de Kara, el hermano de Teops, era muy generoso, noble y su espíritu estaba lleno de misericordia.
Cuenta un erudito que fue un rey que al subir al trono abrió los templos para que su pueblo les sirviera culto a los Dioses, de inmediato recibió el oráculo y le advirtieron que solo reinaría nueve años, y en el décimo iba a morir según el sacerdote. Arsenio se entregó a los placeres y ordenó a colocar antorchas encendidas en todo el templo para que las encendieran en las noche, el creía que burlaría la muerte convirtiendo en la noche en días.
En una noche alegre hizo llamar las danzarinas y ellas comenzaron a bailar la danza del vientre un espectáculo muy tradicional de la época. Un de las bailarinas llamada Kitocrilis, una hermosa morena desplazaba su cuerpo como ninguna, daba vueltas y sus movimientos sensuales de cadera atraparon al rey Arsenio. El rey se enamoró de la joven sensual y así cada noche fue placer volando entre alfombras divinas por los cielos, hasta que llegó el noveno año. Todos preocupados comenzaron a colocar más antorchas encendidas en el último año y el despreocupado cada noche era un festín pero todo fue en vano, murió en una noche de placer como así él, lo quiso.
Cuenta la historia según el erudito, que Kitocrilis no supo que hacer y llamó a los lacayos del rey para entregarles su cuerpo. Pasaron cien días
y sus noches, laconciencia enlutada de la bailarina desbordando las aguas del Rio Nilo con sus lágrimas. La confusión no se hizo esperar muriendo todos los que vivían en lugares adyacentes. La plaga y la peste se asomaron por el reino y los sacerdotes designaron rápidamente a un nuevo rey para escapar de este gran maleficio. Los conspiradores, ordenaron a asesinar a Kitocrilis con la lanza de la verdad, pero ella escapó de sus asesinos, lanzándose al fuego divino y el país se hundió en un estado de inestabilidad, caos y una extrema confusión por cien años por los desenfrenados deseos del rey y como castigo se extendio por el reino de Egipto.
Autor: Santos M. González
Puerto Rico
Derechos reservados de autor
Nota: Cuento imaginario
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