EL PERRITO INQUIETO (Fábula)

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

EL PERRITO INQUIETO (Fábula)

En una ciudad fronteriza vivía un pequeño perro, en una casa frente al

muro que separaba los dos países. Por esa calle pasaban los autos rumbo a la

garita, para internarse en el país vecino. El perrito inquieto a diario veía hacia el

otro lado, con la curiosidad y el deseo de ir a conocer otras tierras y lugares.

Un día se decidió a ir al otro lado del muro, y corriendo peligro cruzó

la calle entre los carros, y al fin llegó al pie de la barrera que separaba

las dos naciones. Esta era de barrotes altos y fuertes, reforzados con

laminas. El perrito se quedó mirando entre dichos barrotes, que

tenían un pequeño espacio entre ellos, y pudo observar los campos

y unas casas de donde salia y entraba la gente. En ese momento

le entró la indecisión y mejor se regresó a la paz de su hogar.

Cruzó de nuevo la calle sorteando a los automóviles, hasta que arribó

a la casa de sus amos. Casi en la puerta de la entrada estaba un perro

más grande y más fuerte que le dijo--Perrito, te he estado mirando

y vi que llegaste hasta el muro, ¿ porque no te pasaste al otro lado?,

yo tantas veces que he querido ir pero no quepo entre las rejas,

 fijate que dicen se comen manjares como croquetas especiales,

carnes selectas y otras deliciosas novedades, tu bien cabías por entre

los barrotes--. Entonces el perrito le contestó--Mira amigo, estuve

a punto de ir a conocer esas tierras, pero me detuve ante la duda

de que no nos den buen trato, pensando que si nos detienen

 nos meterán a una perrera para siempre, y quien sabe que más nos

hagan--.--Además supe que a otro perro que viajaba con los emigrantes,

se cruzó con ellos corriendo y los agentes del otro lado lo atraparon,

y  lo regresaron con violencia a su país, así que es mejor quedarse donde

te acepten, te traten bien y te cuiden--.

Entonces el perro mas grande comprendió todo, y perdió el interés de

ir a conocer otros sitios fuera de su país, y también se fue a su vivienda,

no sin antes despedirse del perrito.

                            Moraleja: Es mejor tener la seguridad en donde se vive,

                                              y no experimentar en otras latitudes.

J. Jesus Ibarra Rodríguez.

México. D . R .

Imagen de Internet.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Maria Beatriz Vicentelo Cayo, amiga poeta y escritora, soy afortunado con tu visita a mis letras.

Tu filosofía de la vida es clara y acertada. Te agradezco que estés aqui y que te haya agradado el texto.

Recibe en la distancia mi constante amistad con un fraternal abrazo.

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

¡Excelente moraleja!

Mas vale lo poco conocido que lo mucho por conocer!

Maravilloso cuento mi buen amigo!

Felicitaciones!

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Delia Pilar, apreciada poeta y escritora, se ilumina mi pagina con tu presencia.

Te agradezco el tiempo que gastas para visitar mi texto. Tu comentario es claro y acertado.

El grado de curiosidad e inquietud de conocer otros lugares, dependerá del instinto de cada

ser. Reitero mi gratitud por concederle a mi escrito el DESTACADO.

Recibe hasta la Argentina un amplio y fraternal abrazo.

[J.Jesús Ibarra Rodríguez]

Elias Antonio Almada, estimado amigo poeta, gracias por seguir mis letras.

Es muy alentador que te agraden.

Te envío un fuerte abrazo fraternal en la distancia.

[Delia Pilar]

Buen poema con una buena moraleja aunque no vigente 

para todas los seres, depende mucho del nivel de

curiosidad y ansias de conocer y aventurarse 

de cada individuo. ¡Felicitaciones, J. Jesús!