EL PASTO QUEMADO POR EL VIENTO
Al pasar por ese lugar desierto,
notó el pasto quemado por el viento.
Así estaba su noble sentimiento,
por un amor que fue un desacierto.
Aquella mujer, una visión divina,
debajo de los cielos luminosos,
con su pelo cual espiga de trigo,
propicio momentos hermosos.
Postrado ante ella con candidez,
mirando una nube crepuscular,
dorada roja y muy bella,
le entregó toda su calidez.
Porque ella no correspondió,
buscó otra alma gemela,
que a la de él diferente no fuera,
para ya no vivir esperando en vela.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
México. D . R .
Imagen de la Red.
Comentario
Elías Antonio Almada. gracias amigo poeta por tu visita.
Me alegra que te haya gustado el texto.
Un fraternal abrazo.
Críspulo Rufino Cortés Cortés, insigne poeta, gracias por recorrer mis letras.
Te agradezco infinito el bondadoso comentario.
Recibe un fuerte abrazo en la distancia.
Hermosa semejanza en tu poema Jesus un gusto leerte. Felicitaciones Alicia.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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