EL GRAN CIRCO DE LAS MENTIRAS

[Levy Ronny Benlabrat]

"Para qué diablos me voy a dar en la cabeza
si lo que ayer se llamó amor
hoy es la espina del dolor
que no merece mi atención,
no le aporta al corazón nada,
nada de cariño...Por favor, no me mientas más".
Juan Estebán

"Es muy placentero leer un comentario razonado y argumentado, aunque sea muy breve. Las palabras vacías, por más cordiales que sean, no causan alegría sino tristeza".
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EL GRAN CIRCO DE LAS MENTIRAS Y LA FALSA MONEDA

Estimados amigos y lectores,
Con estos versos del poeta Juan Estebán y la clara y valiosa observación de la poetisa Milagros Hernandez, comienzo mis palabras.
Este sitio nació para dar al poeta el poder de escribir y existir, también el poder de compartir y hacer de la poesía un arte abierto y comentado mutuamente. Lamentablemente, el mal está hecho, los poetas se aprestan a recibir objetivos y bien elaborados comentarios que se les son otorgados por otros poetas de alta virtud y talento. Los bien premiados se regodean victoriosos acumulando destacados y amplios comentarios, siempre seguros de la gratitud y estima brindada por dedicados lectores.
Mas todo parece un inmenso circo de mentiras, y no exagero, pues lo que pasa es lo siguiente: Existe una fea estructura de conducta muy ingrata que no corresponde con lo que se requiere de un culto poeta cuando sube un poema que debe, según las reglas de la administración, dejar dos comentarios por cada propio poema subido, comentarios que deben ser honestos y bien aplicados, pensando más allá de su propio ego y desbordado orgullo.
Un “Me gusta” es un gesto de falsedad y es lejos de ser un gesto de agrado. En este sitio, los sinceros comentadores son muy pocos, apenas caben en los dedos de una mano. Esto siento aquí a diario y es sentido por varios que quieren compartir sus mismos intereses y aspiraciones, lo que se puede llamar “respeto mutuo” o “mutua estima”. Debemos publicar y debemos comentar y así interrelacionar y contribuir en la medida de lo posible.
Sé que no es fácil escribir un comentario profesional. El comentario de un texto es una técnica de trabajo intelectual que reiteradamente y objetivamente aplicado, conduce a motivar el autor del texto. Entiendo que la mayoría no tienen cualquier espíritu crítico, pero me pregunto ¿cómo es posible que esa misma mayoría suben poemas de alto talento mas no son capaces de orientar un dedicado comentario a los otros sin nunca saber fomentar la capacidad de cómo relacionarse con el contenido de un poema y así buscar a establecer un juicio personal formulado con mesura y talento?
Sé y siento que todos parecen fingir haber leido el poema, sea hermoso o aberrante, magistral o aburrido, original o imitado. Todos queremos ser leidos y juzgados objetivamente, todos queremos ser exitosos y populares. Lo que no debemos hacer es dejar vagas palabras de falso reconocimiento como en esta siguiente lista: “ Gracias por compartir, Felicidades, Bellos versos, Me dejaste enamorado, Es un honor leerte, Qué bello poema, Abrazos cordiales, Qué talento, Bella obra, Me dejaste sin palabras, Todo mi cariño y admiración....y hay tantos y tantos que se repiten y se envían a varios autores docenas de veces, la verdad ya no sé si reir o llorar... Y hay esas imágenes de besos y flores que se apegan con una automática pulsación en el teclado y con ellas se cumple la obligación con un irrespetuoso comentario. ¡Ya basta por favor! esta imparcialidad debe cesar, es una fea maleza, un achaque, una enfermedad, debe haber un límite a la falsedad y la hipocresía con estos niveles de baja apreciación cuando se trata de valorizar un poema a través de estos pálidos y vacíos comentarios que sin duda son meros señales de desprecio y desafecto, de mentira y falsedad con quien suponemos o finjimos establecer sinceros lazos de amistad y reconocimiento.
¡Así no se muestra la virtud del poeta, al contrario, es un claro signo de alta falsedad!
Parece que casi todos practican una vaga danza de inmoralidad hecha de falsas palabras, un acto desprendido que va contra el modelo de conducta y valorización aceptadas en una sociedad honesta y tolerante, es todo una esencia de pereza y falta de respeto, una carencia de palabras que revela el fenómeno de estar dispuesto a mentirse a si mismo con falsos elogios que muchos no pueden aguantar sintiéndose engañados, es como “mentir con sinceridad”, es un hipócrita desmoralizado que cesa de percibir su propio engaño.
Si verdaderamente te sientes poeta, dama y caballero, debes leer y después comentar, no necesitas ser un crítico literario, no necesitas ser pretencioso, mas debes ser integro y sincero. Si no te gusta el poema o no sabes que decir, aléjate, mas cierra la puerta a tu mentira, si eres un fiel lector y te sientes un sensible poeta, debes fomentar respeto por los sentimientos de los otros, por las ideas de los demás, debes comentar de modo responsable y reflexivo sin dejarte llevar por lo vago y lo banal, debes habituarte a leer, entender, asumir y sintetizar, matizar y asentir de modo racional, si no eres capaz, no pretendas llamarte poeta.
No olvidemos jamás, la LIBERTAD es el derecho de todo individuo a ser honesto a si mismo y hacia los demás, el ánimo de la libertad reside en el respeto mutuo, las falsas monedas destrozan esa libertad.

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[Liliana MarIza Gonzalez]

Buen punto, lastimosamente muy pocas veces te he  visto comentar y si lo haces es a los de siempre, yo admiro tu forma de escribir y si te ofendi con ¡Eres genial! y ¡Me ha encantado leerte! pido perdón,Tal vez no has comentado mis poemas porque no te gustan  lo acepto pero cuando alguien escribe debe ser el ejemplo, cuando pongo un poema no es a dos es muchas personas que comento

No olvidemos jamás, la LIBERTAD es el derecho de todo individuo a ser honesto a si mismo y hacia los demás, el ánimo de la libertad reside en el respeto mutuo, las falsas monedas destrozan esa libertad. Respeto mutuo eso pides eso debes dar.

Lo digo con todo respeto y humildad 

Gracias 

mary

[Aimee Granado]

Muy cierto todo lo que expones, para reflexionar y aplicar en la práctica, con el espíritu de ser justos y respetuosos, sin manchar la dignidad personal, sin enjuiciar con críticas lacerantes, pero sí de un modo que demuestre que lo que hemos leído nos ha tocado el alma y nos ha dejado huellas.