Detrás de una luna plateada

[Donald]

Calle silente! oscuridad total.
 Allá al final, una luz amarillenta parpadea.
se adivina la silueta de la sombra, alguien prendió un cigarrillo;
 un gato maulló desenfrenado, un perro ladro! una sirena dejo su grito mas allá de la neblina espesa y húmeda del rió. Sentí frío en la nuca, solo fue un segundo, me subí el cuello de mi abrigo, la gabardina colgaba de mi brazo, ocultando el arma que en prevengan,  cargada sin seguro. Trate de ver en la densa neblina, solo vi sombras deambular,; camine pegado a las fachadas, me confundí ente montones de basura apiladas al lado de las  ventanas y puertas, teñidas del negro hollín. Ayuda! grito alguien; luego solo silencio. Tropecé, pensé en basura; no!  el cadáver aun caliente, palpitante aun de la muerte súbita, violenta; trate de ver su imagen, solo pude ver el rostro contraído de quien fuera una bella mujer. Se escucharon gritos y pasos rápidos en la distancia. Corrí raudo entre la oscuridad y me perdí entre la niebla, espesa, húmeda, fría.....

    Detrás de una luna plateada (2)
         .....
Allá en alguna azotea, un gallo canto altanero; detrás de los edificios, de adivinaba ya la claridad de la alborada.
Abajo en el kiosco de la esquina, el quiosquero colocaba ya la prensa y revistas. Me acerque, y compre el diario. Subí a mi desván y empece a leer:
  Encontrada esta noche una mujer muerta con dos impacto de bala en el centro del pecho; entre 35 y 40 años, se desconoce el móvil, manteniéndose el secreto sumarial por la investigación pertinente de la policía judicial.
 Un vagamundo, declaro a este periódico que vio como un hombre con un gabán en el brazo huía del lugar a pasos raudos. estatura entre los 185 cm mas o menos, en la oscuridad solo pudo ver que era corpulento, la policía esta al tanto y las pesquisas continúan.
  Sentí un sudor frío recorrer mi espalda. Me di una ducha rápida, me vestí de sport y salí a la calle. La gente ya llenaba las aceras frescas aun de la mañana otoñal, una mujer con aspecto desentendido me tropezó y mirándome con los ojos cristalinos me pidió disculpas al mismo tiempo que un cigarrillo pedía, no fumo! me miro con descaro y me respondió con insolencia. no fumas o me lo niegas; le mire y no respondí, me siguió repitiendo , al llegar a la esquina me agarro por el brazo y bajando la voz se me acerco hasta sentir su aroma, me dijo: se lo que hiciste anoche. La observe, no era una mujer de la calle, limpia, perfumada, mis sentidos se alertaron y mi mente galopo desbocado  pensando como? quien porque'?...
 No temas me dijo, vayamos a un lugar tranquilo, llevame donde tu estés seguro, te diré...

Continuara.... PD: De mi bloc de google. 

[MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ]