¡DEJARLA NO ENTURBIARLA!
Dejar que corran cristalinas
las aguas puras del torrente,
y en su caminar, lento y breve
besen las flores que se asoman
desde el umbral de sus corolas.
¡Mirad! como pasan resbalando
las azuladas aguas de la primavera,
que hasta el mar llegan dormidas.
Y ni juncos, ni las mimbres, ni las flores,
se atrevieron a su paso despertarlas
a esas aguas que besaron las campiñas,
y llenaron sus cauces a raudales
del sudor, que la tierra supura
con heridas abiertas a jirones.
Dejad, que despierten en el mar
esas aguas que resbalan cristalinas,
no dejemos que se enturbie su pureza
con hedionda, química mortecina;
mirar que hermosas son bajando
esas aguas con reflejos de cristal,
han nacido en los puros eriales.
Recogiendo las esencias de: tomillos,
de cantuesos florecidos y de jaras
y de gotas de rocío de alboradas.
¡Dejarlas pasar, no despertarlas...!
(Poema protegido)
Autor: Pablo Grados Tapia
De mi libro: “AL ALBA”

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