Vida ciudadana:
millones de seres
viviendo juntos en soledad
Henry D. Thoreau
¡Qué crueles son las ciudades!
Sucesión de simétricos edificios,
témpanos infernales,
devoradoras del Hombre y sus sueños…
Oficinas, papeles, contratos, números…
Ascensores que llenan el aire
con su ronco sonido metálico
mientras recorren su nervadura vertical…
¡Qué crueles son las ciudades!
Olor a aceite quemado,
escozor en los ojos
por envenenado aire,
chirriar de motores.
Sonámbula andadura
de un rebaño humano
de ojos ausentes
¡Urgido por llegar
a ninguna parte!
¡Qué crueles que son las ciudades!
Un niño de vacía mirada
se refugia en un lampiño jardín,
húmedo y frío jergón…
pasan a su vera seres
ignorantes de su helada soledad…
¡En un charco putrefacto se espeja
avergonzada la luna,
tenue fantasma entre
nubes desgarradas!
Delia Checa - D. A. R.
Mendoza, Argentina
Comentario
Te agradezco, Benjamín, que te hayas detenido
en mis letras y me dejes este comentario tan bello.
Delia
¡Bello poema Delia sobre esa doble dimensión de virtud y pecado de nuestras ciudades contemporáneas en este mundo cada vez más igual e interrrelacionado!
Muy agradecida, Ma. Beatriz, por tus acertadas palabras.
Delia
Muchas gracias, Hugo, por tu lectura y el sabio comentario.
¡Cuánta razón tienes! Ahora la "vedette" es el celular
y su pantalla acapara toda la atención.
Abrazo.
Delia
Te agradezco de corazón, Aimée tu hermoso comentario-aporte.
Las ciudades son tristes, cómo tú dices, contaminadas
y partícipes del desastre ecológico que nos afecta.
Un saludo fraterno.
Delia
¡Si, a veces son crueles las ciudades con sus inmensos edificios, con el bullicio de sus automóviles, con sus grandes paneles de propaganda y sus inmensas vitrinas exhibiendo elegante mercadería, mientras en una esquina hay un niño o un anciano que no tiene ni a donde ir, sin pan ni abrigo, mientras un joven corre a su universidad porque va retrasado o el caballero que sino se apura llegará tarde a su oficina!
Cosas de la vida, donde creo nada se puede hacer porque todo el mundo anda en lo suyo! ¿El gobierno? Tiene que ir a una celebración por el Día de la Bandera!!
Gracias Delía Pilar por este compartir que nos deja pensando!
Un abrazo
¡Qué interesante es tu propuesta poética, Delia Pilar! El siempre vigente tema de la soledad se ve claramente en las grandes urbes, donde las conversaciones suelen darse con apremio incesante, sea en los medios de transporte como en las mesas de café, donde hoy pueden apreciarse a las personas ensimismadas frente a las pantallas de sus equipos móviles de telefonía celular, compartiendo un desayuno u otro momento de ingesta de alimentos, con escaso diálogo, cuando este llega a concretarse, claro. Una imagen como esta es una metáfora del desamparo.
P.S.: agradezco compartir tu fina sensibilidad expresada en modo poético, Amiga mía. Abrazonrisas.
Y en medio de la opulencia de las grandes ciudades, esa soledad que lastima, enajena y lacera las almas, aún estando rodeadas de personas, la deshumanización, la globalización de la tecnología, la robotización, la desesperación y el desconsuelo consumen la esencia y destruyen lo más vital del ser humano. ¡Y qué decir de la contaminación y el desastre ecológico!
¿Adónde iremos en medio de esta jungla que desmorona y destruye, que encarcela entre sus barrotes de desesperanza y crueldad?
Sonámbula andadura
de un rebaño humano
de ojos ausentes
¡Urgido por llegar
a ninguna parte!
Tus versos dejan ese mensaje contundente que ha de ser escuchado en los confines de la tierra.
Genial aporte con una vigencia extraordinaria.
¡Así vivimos y así nos vamos consumiendo!
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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