Te diré, amigo mío.
Ella es como una brújula alocada,
-sí que lo es-
nunca la verás señalar
puntos cardinales
ni un norte concreto.
Pero sí gusta mucho
de indicar la luna,
un quieto oasis,
unas bellas letras
y también ventoleras.
Cada día me comparte algo
de su cocina,
sus sentimientos y sus sueños.
Unas veces es claro espejo
donde me veo desde sus ojos,
otras es un catalejo
para mostrarme de cerca
lo que siempre he sentido lejos.
No marca el tiempo,
ni condena los instantes al silencio,
pues es mujer de momentos
francos y eternos.
Sabrás que los sonidos de sus pasos
en el empedrado mojado son más míos
que mis propios latidos.
Y su risa es tan exquisita
que el solo escucharla
me incita a besarla.
Entiendes, amigo mío,
por qué digo
que cuando encuentras un oasis
ya no importan más
los desiertos sin senderos.
Ahora te contaré un secreto...
¡No se lo digas!
Cada día se me señalan
tantas cosas de ella
que me obligo a vivir cien años
para no perderme ninguna de ellas.
Ahh y es tan avispada
que seguro descubre bien rápido esto.
Comentario
Críspulo
Siempre son reconfortantes tus escritos y tus comentarios
Un abrazo estimado amigo
Benjamín
Gracias, gracias, amigo por disfrutar estas líneas
Un gran abrazo poeta
Liliana
Agradezco de corazón tu hermoso comentario
Un fuerte abrazo poeta!!
Delia
Muchas gracias por tus bellas palabras
Un abrazo querida poeta
Mmm un bello poema amoroso de una musa muy avispada
mary
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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