ÓBITO

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

ÓBITO

Desposeída de todo, dueña de nada… conoce lo absoluto,

lo de antes, lo de hoy, e incluso lo que aún no se ha escrito…

en la dureza de su rostro se dibuja latente la sonrisa irónica de quién se sabe con la razón, y sus dedos afilados y acusadores señalan con decisión y sin temor lo que viene… lo que va. Lo que nos espera en esta desesperante y amarga letanía de óbitos por turno, sin que el elegido escape a pesar de estériles intentos.

Camina sin prisas tras los pasos de todos, a la espera…

paciente… a la espera.

Mira el mundo girar en un segundo que no se guarda en las arrugas infinitas del tiempo, y eleva sus brazos  implorando que aquellas deseadas  almas lleguen a ella para alimentar el fondo oscuro de su propio espíritu, para su grotesco deleite e insano placer.

Camina… camina sin dejar de andar, siempre en la búsqueda, siempre al acecho… sus talegas nunca se llenan, así como la obtusa razón que la mueve a continuar en su recolecta macabra que roba los alientos y a ella misma le da el motivo de lo que llama vida… vida para ella, muerte para todos los demás.

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

México

Derechos reservados

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

María Beatriz,

Gracias por tu lectura y tus palabras.

Saludos y bendiciones!

[Maria Beatriz Vicentelo Cayo]

La MUERTE es parte de la vida;  y tiene que cumplir con el rol que se le encomendó.  El hombre sabe que ha de morir, nadie vive eternamente, por lo tanto... ya llegará la hora.  Porque qué sería del mundo, del mismo hombre si nadie muriera?

"Porque hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de llorar, tiempo de reír"

¡Interesantes letras!

Muchas gracias Eduardo, placer de leerte después de regular tiempo!

Me alegra saber de ti.

Un abrazo

[Carlos Eduardo LAmas Cardoso]

Críspulo,

Gracias por leer y comentar.

Saludos y bendiciones!