BÍBLICAS

 

 Y el ángel Gabriel amada, le comunicó a María, en mensaje onírico, el nacimiento de Jesús para que predicara el Evangelio.

            Y predicó el verbo, es decir, la palabra, es decir, Dios.

            Y por predicar la verdad murió crucificado.

            Y su muerte, amada, purgó tus pecados y los míos.

            Y purgó los pecados de quienes lo crucificaron

            Y perdonó a quien, en la cruz, devorado por la sed, le dio vinagre en vez de agua.

            Y la judía  Esther  salvó a su pueblo, casándose con el rey Asuero con una mentira blanca, que era babilónica.

            Y Edith, esposa de Lot, amada, se convirtió en estatua de sal por mirar hacia atrás para observar la destrucción de Sodoma y Gomorra, pueblos de perdición moral, que Dios maldijo.

            Y Ruth, nuera de Noemí, durmió al lado de Booz en la fiesta celebratoria de la ópima cosecha de trigo  para cumplir con la tradición judía.

            Y José fue vendido como esclavo por sus hermanos.

            Pero como José, amada, adivinaba los sueños, fue sacado de la prisión

para que interpretara el sueño repetido del faraón.

            Y el faraón, en agradecimiento, lo hizo gobernador de Egipto.

            Y José perdonó a sus felones hermanos.

            Porque así estaba escrito en el libro de la vida.

            Y yo, amada, a pesar de leer siempre la Biblia, no tengo el valor de perdonar a quienes me hieren.

            Sencillamente, los borro de mi libro.

            Los convierto en inexistentes.

            Soy, amada, un mal lector de la Biblia.

            Del viejo y el nuevo testamento.

            ¿Y tú?

 

 

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Comentario

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PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Rafael Mérida Cruz-Lascano el agosto 1, 2017 a las 8:40am

¿cómo debe ser ese perdón? Y es ahí donde la mayoría de nosotros caemos en el error. Perdonamos de palabra, pero no con sinceridad. Perdonar una ofensa sin desprendernos del rencor conlleva un doble pecado; en primer lugar porque guardamos odio en el corazón, y así no se puede amar verdaderamente. Y por otro lado, pecamos de hipocresía, al haber mentido al ofensor al ofrecer un falso perdón.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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