El señor Augusto Santos es un personaje que vale la pena conocer. Su famoso grito de guerra y su empeño en vender el dulce típico de Los Andes en la famosa parroquia La Pastora, desde hace 40 años, le valieron el reconocimiento como Patrimonio Cultural Viviente de Caracas
Alimié Torres.- Con camisa blanca y pantalón caqui -bien planchaditos-, alpargatas de caucho, bolso tejido y sombrero de paja, Augusto Santos, el melcochero de La Pastora emprende un viaje a pie (y por varios kilómetros), por la histórica parroquia de Caracas, para endulzarles el día a niños, jóvenes, adultos y ancianos.“¡Melcochita Capachera!” es el grito de guerra de este andino, que por más de 40 años, ha vendido el típico dulce extraído del papelón y que le valió el reconocimiento como Patrimonio Cultural Viviente de la ciudad capital de Venezuela.
El señor Augusto recuerda que a los 12 años aprendió a hacer el dulce criollo. “Bajábamos al río. Mi mamá prendía la leña y colocaba una olla con agua y una panela de papelón, pero mientras ella se dedicaba a lavar la ropa yo era el encomendado para cuidar que el papelón no se quemara”-
La receta de la “Melcochita Capachera” es autentica de su mamá. Nunca ha intentando alterarla. Sin embargo, entre risas confiesa que a su madre le quedaba mejor.
Cuando la familia Santos -proveniente de Capacho en Táchira- llegó a Caracas, el melcochero (que era un niño para esa época) comercializaba las conservas de papelón de su madre en los recesos del colegio. A los 20 años se vio obligado a recorrer kilómetros y kilómetros de asfalto para vender y ayudar a sus padres y hermanos. “Me las ingenie para vender el dulce de manera diferente. Fue allí cuando pensé en usar el traje típico de mi pueblo. Salí a la calle con 30 melcochas y a la media hora ya no tenía ni una. En ese momento supe que las melcochas serían parte de mi va”, relata Augusto.
En los 40 años que tiene haciendo melcochas aprendió a conocerla muy bien. Dice que este dulce “es muy celoso” y que cuando está preparando la receta y hay acompañantes ajenos a su elaboración se“empapelona” (vuelve al estado natural de la panela de papelón). Augusto dice que la melcocha se hace cantando, riendo y en un estado de felicidad absoluto, porque si no queda muy mal.
La melcocha es una dulzura de antaño y era el dulce favorito de nuestro Libertador Simón Bolívar, según comenta. Cuando inició la ruta histórica “Caminos de Libertad” de la Alcaldía de Caracas, Augusto Santos fue llamado para interpretar el personaje del melcohero de la época de Bolívar. Desde ese entonces, fue promulgado como Patrimonio Cultural Viviente de Caracas.
Fotos: Clara Gónzalez | Grupo Últimas Noticias, 12 de julio de 2015.
Foto: Clara González Grupo Últimas Noticias
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