ARROYO

En el límpido y diminuto arroyo que  nutre de vivificante agua mi ignota y plácida covacha de  sueños poéticos, has saciado tu sed, dama imaginaria, y has bañado tu impoluto cuerpo cual lo hiciera Eva en el jardín  Edén, cual inocencia infantil, hasta que la serpiente la hizo pecar.

Nunca te he acompañado.

Ni nunca te acompañaré.

Porque ese riachuelo es sólo tuyo,

nutriente del jardín que me provee de las flores

que cuando me visitas te ofrendo generosamente

para que goces de su perfume,

y para que engalanes tus cabellos

de catarata ruidosa.

Allí se bañan en jolgorio los pajarillos.

¡Si los oyeras cantar su libertad!

Te conoce el arroyo, dama de exquisita ternura,

pues cuando vas a disfrutar de su don vivificador,

aunque esté escuálido, un no sé qué lo convierte en caudaloso,

en ágil, en abundante, en bullicioso.

Dichoso ese arroyo, mujer imaginaria,

que puede juguetear en todo tu cuerpo caprichosamente.

Vistas: 43

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…