El perfume en frasco diminuto, mi niña soñada, es más agradable al olfato, más divino, más rico, más sensual.
El amor, mi niña primorosa y primaveral, pronunciado en diminutivo, (amorcito) es más delicioso, es más fresco, es más apetitoso, más eficaz para alcanzar la felicidad máxima que aparece, cual si fuera un barómetro, un pluviómetro, un termómetro o un tensiómetro en el amorímetro que mide la intensidad y la calidad del amor.
¡Qué vivencia tan única, tan especial, tan angélica siento cuando en vez de amor, o cielo, o corazón, o vida u otro término mimoso propio de los enamorados, me dices amorcito!
¡Amorcito que torna la realidad en sueño espléndido, en fulgor, en ternura!
¡Amorcito multiplicador del amor!
Amorcito pronunciado por ti, niña mía, para que arroje de mi ser toda angustia, todo pesar, toda dolencia.
¡Cómo me fascina, niña mía, que me llames amorcito!
Comentario
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME