Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos se pelean
Los devoran los de afuera.
José Hernández
América…
me habitas la sangre
noche y día…
eterna y solemne,
fetiche tutelar de mi vida.
¡No dobles tus rodillas
en gesto de humillación,
protege los pueblos
que engendraste!
¡No permitas que sean engullidos
por la voracidad capitalista del Imperio!
Los pueblos americanos se muestran erguidos,
innumerables, hombro con hombro.
Reniegan de antiguos tabúes
de sumisión y esclavitud.
Ellos proclaman la unidad
en el sufrimiento y la rebelión,
mezclan la sangre derramada
con el polvo de todos los falsos ídolos
que por el extenso territorio desfilan.
¡Basta ya de condescendencia,
de aceptar foráneos mandatos
y expoliación de nuestras riquezas!
América deberá ser un gran país
-sueño de nuestro inmortal San Martín-
sin fronteras interiores que dividan.
¡Será la única manera de frenar
los embates del amo del Norte!
Delia Checa - D. A. R.
Mendoza, Argentina
5/12/2019
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